níslros dal ilút , recobrado oí primer esplendor de In reli;;ioii orisliaua ; y la lui'niKla4 y la obeiL-ncia , víiih.^s ilesconocidas de los amigaos filósofos y predicadaí por nuestro divino maestro , vueltas á ser el pitrimonio de los que con miyor propiedad, deben llamarse sus discípulos, l'ero al paso ijue hemos apioba lo e¡ comportamiento de la generalidad del virtuoso , sabio y moderado clero español , hemos visto con sciuimieuto de nuestro corazón , que la costumbre , la preocupación , y la cscusable ¡gaorancia en ciertas verdades que procniaba tener ocultas el despotismo y la hlptiief&fo continuaban todivía egorciendo su maligna infioencia sobre algunos religiosos por otra parte recomen.íables. Continuaron todavía en los pulpitos los groseros iníultos contra las liii^-s de nuestro siglo ir.Jisiiatamente ; y nosotros tuvimos compasión mas bien que otra cosa del fanatismo é ignurancia de los oradores. Pero cuando un eclesiásiico conocido por largos afios en la carrera del pulpito , donde ha adquirí !o una cierta celebridad , y desde donde fomentaba desde i8!4 aigunaa animosidades popularr-s con grinde ventaja de su fama , se ha atrevido á injuriar á la Nación , á calumniar al Congreso , á acusarle rie incompetencia , á alizar al pueblo a la desconlianza y después á la rebeldía ; en este caso ya no podemos contener nuestra indignación , ni dejar de implorar del tribunal que euiiende en el asunto un casiigo correspoaJienie al delito , y á las pésimas consecuencias que pudiera tener. De que servirá haber levantado con el auxilio del Altiaimo el grandioso edificio de nuestra Libertad , si se dejan impunes semejantes atentados contra ella ? De que servirían las armas que ha enircf-aúo la patria á nuestras milicias? ¿De que nueíira decisión y paIriolisino ? Casn'giier.se en la tierra semej::nti;s delitos, y «plaquese de este modo la justicia de Dios , que depone su mansedumbre cuando sus minisiros no la iuiitan. Sea dicho en honor de la Iglesia que estos son en muy cono mímero. La flor del clero español que se halla reunida en el Congreso es el mejor garante de esta verdad. Para minorar nuestro sentimiento al contemplar estos eclesiásticos rebeldes nos place despertar la memoria de ai|Uellus que por sus virtudes y filantropía han siuo la luinbrera de la Iglesia y de la patria. Un sabio é ilu-trado Obispo, cuya muerte llora todavía la vecina Mallorca el S.r D. Bernardo Nadal y Crespí salga en apoyo de nuesíros voios. Léase la pastoral que firmií en i8i() tiempo todavía de opresión , y circuló por tu obispado. Ml^irañemos si, dice este pralBdpt qu« ciertas personas caracterizadas , de quienes dthiainos promi-ternos que , en las cútedrai déla verdad . empleurlau su celo en ocurrir ú tan gran mal inanrf estando y persuadiendo á los oyentes lu veneraci ón y el respeto que se debj á la casa de Dios, eran, en estos ultlinoi «ños, los primeros y loi mas peligrosos profanudores de los santos templos. En vez de predicar , solo, la palabra de Jjiosx á Jesu-cristo crucificado: el hnrror al vicio; y el amor á la virtud, según lu teniamos , asi , tantas veces prevenido en nuestros anteriores edictos dirigían sus discursos á encender iras , odios, venganzas y malas voluntades entre nuestras diocesanos; á mr.Kr y encinar partidos: y d todo fóá*mas que vosotros sabéis , y atestiguan lo< piilpitos de nuestras iglesias. Indignado Justisimamenie de la conducta de tantos predicadores revolucionarius ti Key nuestro s'.-.ñor, mandó, en ta de abril del aín proxim) pasado, que su secretario remitiese al presidente del consejo ta real orden que dice asi — Escmo. señor: siendo indudable que ul¿u tos oradores en sus predicaciones pasan á referir ¿smciei y noticias que sobre ser abenas de la cátedra del Espíritu Sanio, de laque solo de-, be salir lo palabra clara y terminante para el verdadero conocimiento de Dios, pueden OSOSO /o- mentar opiniones y partidos: ha resuelto S. M. que los predicadores en los pulpitos no espongan á los oyentes mas que las doctrinas evangélicas y todo cuanto sea conveniente á reprehender y corregir los vicios sin que de ningún mudo se mezclen en asuntos y novedades de ninguna clase &c. Nos costó trabajo el creer que el P. Kstaper hubiese amenazado á las cortes que el Rey no sancionaría el decreto de la necesarísima reforma de regulares y otros. Es mucho empeño querej pintar á nuestro amado Fernando ciego, cuando le han quitado ya la venda de los ojos. También decian los traidores de Uurgos no jurará ; y juró :i la íaz del universo para confusión de todos los bien hallados en los abusos. ¿Quiere el P. Kstaper ver los semírnientos que animan á nuestro Monarca? Lea la siguiente real orden que ei ministerio de gracia y justicia pasó al Sr. Obispo de Burgos acerca de ciertos predicadores de su ralea. 11 limo. Sr : Con fecha 14 de junio último remití á V. I. para su inteligencia y cumplimiento el Real decreto de 14 de abril de este año, que no aparecía habersele remitido anteriormenie , por el que mandó S. M. que los Prelados Diocesanos diesen las órdenes convenientes pyrn que los P'irrocns espliqtien los Domingos y días festivos la Constitución de 1:1 Monarquía; y á pesar del tiempo que desde entonces ha transcurrido , ni V. I. me ha avisado de su recibo , ni resulta que haya dispuesto su cumplimiento , ni menos que los Párrocos praciiquen lo que S. M. ha mandado : antes por el contrario ha sabido S. M. con dis usto , que la mayor parte de los Eclesiásticos Seculares y Regulares de esa Diócesi:;, lejos de ocuparse en predicar la paz y fivii ¡-ni Jad , y en instruir al público inspirándole Metimientos de ór len y de justicia , contribuyendo de este mudo al bien general en desempeño de los deberes de su ministerio y profesión , se ocupan mas bien en auxiliar y favorecer á los facciosos y declarados enemigos de la pública tranquilidad. Antes de ahora he manifestado á V. I. que S. M. había tenulu noticias fidedignas de que varios individuos de ese clero propagaban especies subversivas y contrarias á las nuevas instituciones y que por desgracia se observaba en él generaliuenie un espíritu de reacción y contrariedad al sistema con-iiiucional. Algunos hechos- notorios que no pueden por tanto ocultarse á V. L han comprobado que por desgracia no carecían de fundamento las ¡ndiea jas nolicias dadas al gobierno , sin embargo de que V. I. le ha informado en un sentido contrario. En tal estado ha resuelto S. M. que V. 1. m:inde inmediatamente , si ya no lo hubiere hecho, llevar á efecto en todas sus partes el citado Real decreto da 54 de abril último , dándome puntual aviso de haberlo verificado ; y que al mismo tiempo use de toda su autoridad episcopal para contener y reprimir las reprebensivas escenas de algunos de los indicados Eclesia'siicos ; haciendo que todos cumplan con sus deberes religiosos y políticos como, ministros del Alta-, y como ciudadano-: en la inteligencia que de no hacerlo así se verá S- M. en la precisión lúe tomar las mas vigorosas medidr.s en uso de su Real autoridad y en observancia de las leyes. Al propio tiempo se ha comunicado para su inteligencia y efectos convenientes al Gefe político do la provincia de Búrgos de órden de S. M; , y el Gefe lo ha hecho saber á todos los alcaldes constitucionales de los pueblos de la provincia. Doloroso es, pero indispensable , que algunos prelaios no acaben de desengiñarse de los daños que su detención en obedecer las ordenes del gobierno causa á la misma religión, y á la patria , ponien lo al Rey en el ca:o de rcvesilrí.e de toda su autoridad para hacerles conocer, qae lejos de complacerle cou semejan!* conducta opuesta á los preceptos