«conlecimienlos del " «IcJunio^ con la triunfante cDlmdt de. aquel geneMl eu la noche del 116; de modo que volvimos al mismo estado de nulidad en que estábamos después del 24 de Febrero. t 3 • 1 1 Tal ha sido en grande el resultado del plan de nuestros enemigos para derribar el imperio de la Constitución; los principales medios de que se han valido, han sido la división de ánimos, la intolerancia de opiniones i el procurar el descrédito de determinados liberales í y esto nos ha conducido a la deplorable posición en que nos vemos hoy día : los demás habitantes de Cataluña nos echan en cara nuestra apatía, nos llamanlos principales agentes de los facciosos, pues con nuestra división y nuestro egoísmo hemos dado armas k los enemigos de la libertad , y hemos acelerado su ruina: ¿y esto lo sufrirá Barcelona, la heroica Uarceloua ? La desunión, la ¡utolerancia de opiniones, y la consecuente apatía han sido las causas de nuestras desgracias; pues la uuion, la tolerancia, y la energía sean on el día el norte de nuestras acciones ; con ellas sertímos fuertes, seremos invencibles , burlarémos las asechamas de nuestros enemigos, tomarémos una aptitud imponente , y lograrémos por íin la completa destrucción de todos los que pretenden que reÚM en España otro gobierno, que no sea el fijado eu la Coustiluciou de 1812. [4] ARTÍCULOS COMUNICADOS. Con que ya tenemos fuera de la éapilal al terco D. Joaquín Ruir du Porra»? Bravo Sr. editor. ¿Y de que nos hemos contentado ? cba decirle buen viaje la del humo,., y otras cosas por este estilo? bella palinodia; ¿Donde están los patriota» ? ¿Que se han heclio los exaltados* Por ventura temen todavía se les tache de republicanos ? Abramos de una tcí: los ojo» ; levantemos nuestra voz y hagámosla resonar en el santuario de las leyes , pidiendo la responsabilidad del señor Porras; representemoi al Gobierno enérgicamente y manifestémosle francamente con el carácter de hombres libres, que muchos de los males que sufrimos «n la provincia son causa los sueños y fantasmas que corrían p«r la imaginación del Sr. Porras. Si, ciudadano editor; la sangre española se derrama por los mismos españoles ; j y porqua .? Porque el que pudo evi» tarla i su tiempo, cuando los psnódico» presentaban los peligros ; siempre decía. Eh .' esto no es nada: cuatro ilusos se destruirán con nada, y por fin de fiesta todo te couverüri en nada; este nada ha puesto la proviucia en un estado el mas tétrieo y con el nada hubiúramos llegado_a ser la risa de las demás provincias, si el señor D. Joaquio Ralt dé Porras no se la hubiese llevado con la Diligencia. Felizmente tenemos al prolector de hitada fuera del mando, y si este cabalioro tenia algún paniaguado aficionado á esla inania , quidese con ello que para nosotros «1 nada es mucho. Cuando la patria peligra, todos debemos levantarnos para d»fenderla. Esla es la obUgseínB que todo el que se precia de español libre debe recordar ; la patria peligra; unámonos lados y ofrezeimouo» ú las autoridades para volar & su defensa ; la provincia arde en facciones ; manifíilcmos nuestra voluntad de querer corrsr i» su cstermiuio : ya no es posible mirar por mas tiempo tamañns m«ándalos,y la proviucia que tenia, la tanagloria de tener el timbre de liberal, la capital que desafinba al universo entero antes que sucumbir al despotismo, preciso es que recobre su Teatro. El Leñador Escocés ; ba¡ jjyiPREcyA m antiguo esplendor, y maniCcste al mundo entero que si juró Constilucíou , Constilucioo b» de ser. Constitución ó munrlc juramos, y perezcamos antes de ser perjuros. Las autoridades que tenemos en las Provincias creo que conocen que esas hordas de malvados son mas que nada, y al ver el peligro que nos ameuaira, me persuado serhu de nuestra opinión de que es muclio, y mientras que por un lado deberíamos pedir la responsabilidad del Sr. Porras por los males que nos afligen y piincípalmente por la tonm de la Seo de Orgel, (á pesar de que un articulista dijo no era tan culpable como se le supone, sin embargo que yo no lo creí); por otra podríamos seguir el síslcmu que los editores del liw dicador nos dicen en el articulo de Vaiicdadades del domingo pagado. Vo prometo contribuir ó contarme uno de estos, y quedad persuadidos que mas gloria tendré en morir ea el campo por defender nuestras libcrlades, que no ver el despotismo entrouizado otra vez en nuestra España. Estas son las ideas en que abunda el que se precia de csaltado y desea vibre rígida la Ley sobre el causante de ios trastorno» que sufrimos. — A. C. y M. G. Los números del Universal é Imparcial del dia 9, que no» ha facilitado el señor Gefe político, no dan ningún detalle sobre las ocurrencias de Madrid . mas de los que sabíamos. Estrajudicialmente ha llegado á nuestra noticia que raudales de sangre han corrido en la corle, pero el Gobierno y periódicos guardan na misterio profundo. El Universal hace varias re"flexiones sobre el estado de la capital, y entre otras cosas dice lo siguiente. » Al advertir el giro que lomaban las co* sas en los primeros días del escándalo , parecía que el Monarca se prestaba de buena fé á transigir con la nacicn, cediendo a los deseos de los hombres ilustrados que aman sinceramente su patria ; pero en vez de mostrarnos el camino de la paz, de la concordia fraternal, leímos con observación y sorpresa las cuatro cuestiones sometidas por el Monarca al examen del consejo dG Kstadu,que trai;in eoc.ibiürto un veneno mortífero, y nos vaticinaban el iaipolente designio de réttáblécet el gobierno absoluto y sus insepniablcs compañeros los Jesnitas , los^ Monacales , la inquisición, el consejo de Castilla y los colegios mayores , por los cuales suspiraban lo» indignos secuaces del despotismo para consumar la degradación del trono y la ruina de la Nación b que por desgracia pertenecen. El peñero de traición que estaban haciendo al Rey y al reino los viles satélite» de palacio solo puede conocerse poniéndolo ea contraste con la conducta de las autoridades, de le Milicia y del pueblo de la capital: hasta ahora podi» temerse con mas ó menos razón el trastorno del sistema por el Iritnifu de U facción servil ; pero desde que hemos visto el uso que hacen sus corifeos de la imprevisión del gefe del estado, podemos decir con seguridad mu miestvas instituciones han adquirido una firmeza incontrastable, aUdvertir el loco deaconcierto de sus estúpidos contrarios." El público puede juzgar de la crisis que nos rodea, sin necesidad de comentario», Ínterin nosotros esperamos noticias, sin las cuales nos abstenemos de hablar: pero entretanto encargmnos muy particularmente la vigilancia exacta sobre todos los •cooteedineotiia, y el valor por sí, como os probable, teaumo» que salir & la pelea. ile y saínete. A las siete J n>edÍ3. WARCVSA DORCA.