de la gferín y de la prosperidad española. Sí: ci iHiidlismo y la snpnrsticion , ausiliados con el oro cstrangero ; lie aqui el origen de los niales qae sttDtiótos en estos dita , por desgvaeiii uicücs paciíicos y tranquilos ;lo loque debieran ser. Ellos prepararon la impunidad de los delitos; proilujeron la creencia de ideas quimérieas y esti'avogantes ; hicieron seguir la persecución de los buenos; y tremolan hoy el estandarte de la rebelión, hien que con gefes tan desacreditados como la causa <|ue defienden, y con soldados incautos íi quienes se ha llegado a persuadir estos des grandes errores: que combaten por la fe: y que calamidades, que solo son emanadas de circunstancias políticas, deben mirarlas como efecto 'de cansas sobreaaturalcs, Cuanto al primero: ¿ que pruebas ni aun de moralidad han presentado hasta fihoi'a esos traslornadores del orden ? Que garantías de que ia religión de la nación española es y será perpetuamente la Católica, Apostólica, Uoiuana , ofrecen mas terminantes que l.i qim dá el artículo ra de la Constitución ? Y «obre el segundo: ¿COIHO pueden esperimentarse los bene'lioos i ii Huios de este código sabio, ni como depir de insinuarse la iniseria y la escasez , si la j^ííra civil que tales monstruos procuran eneenoer p.jr •todas parles, suspende los trabajos del a vividor, destruye al artesano , retraye al comifciaiite, aniquila en fin a todas las clases útiles y productoras de la sociedad ? Habitantes del 7.0 distrito; en el retiro k que estuve entregado los últimos meses . he meditado con deteuiiuicuto la maichu de nu'',sira revolución y la de las facciones que en los diversos puntos de la Península la contrarían : ac:>s(i los descubriinicntos que he hecho no me seráa inútiles. Hoy que me hallo en el casn de dtrijiros la voz , poco pienso detener/ne en hae 'ros conocer lo que debéis esperar de mí. Mis ohr.« anteriores han aci editado que nada aeostum')!'!) do* cir para no cumplirlo: las sucsivis íiorcditiirdn también que soy el mismo siemp.e. Teni''1 senté esta verdad cuaadu leeréis los r.! i.-j proclamas, las órdenes que OÍ tiempo) y Iql oucuiiítanciiis me obliguen á espedir. Ilusos, que os holláis con las armas en la mano : ¿Porqué comh itís? ¿por deíender uim religión que nadie «taca? ¿Y contra (¡iiien combatís.'' ¿contra vuestros hermanos, contra ios que defienden esa misma religión defemii n lo hi C mstitucion política de la monarquía españ d i, e -paz .de llevaros con el tiempo al goce de las 111 nimsas ventajas de que hasta aqui habéis caroeidoi' ¡Que alucinamientu! Volved, volved en vosotros mismos , refbecionad vuestra triste situaeion. ¿ Ea donde os presentasteis todavía , que vuestra sanare no regase el campo hollado por los pati ;..tis? trienios ehmeros é insignifieaiites escesos parciales, aunque inauditos, han pagado bien caro vuestros iutereses, vuestras fimilias, vuestros mismos compañeros y amigos. Volved , repilo , de vuestro letargo; abandonad, detestad a f-sos miserables cabreillas que os mandan . a esos agilites ocultns que los dirijen, y que no saben sino conduciros á la muerte por los senderos del engaño y del crimen. ¡Desgraciados! Yo los conozco... tiemblen... el poder de la fuerza que la uacion ha puesto en mis manos les alcanzará , tal vez cuando mas descuidados se hallen , ó cuando en el se- érelo de oscuros conciliábulos estén formando nui vos pLoes de destrucción por satisfacer sus pasiones,, único resorte que les mueve. Autoridades de cualquiera especie: ayudadme á esterminar esta canalla infame que es sobre quien irrei«iisiblemente debe recaer todo rigor, por qu^ con el incauto y seducido, con el iluso y engañado , menester será que alguna vez se coaeilieu la piedad y la justicia. Y vosotros, militares, á cuyo frente tengo el honor de ponerme ¿ qué podré deciros ? ¿ os pediré que continuéis siendo fieles á vuestros juramentos, 10vaiiabies en la gloriosa empresa que habéis acometido i" ;Ah .' seria el mayor agravio (pie os hiciese. Pertenecéis al ejército cspiñol, y el ejército español ha dado demasiadas pruebas de valor y de civismo ; ha arredilado con sobrada firmeza que quiere ser e1 primero en ofrecer al muado el feiiómeno de enemigo de la tiranía y apoo de las libertades patrias, para nadie dudar de a constancia que aseguran sus virtudes. Me limitaré , pues, á recomendaros la mas sevora disciplina y subordinación. No es poco lo que teneui'is qué hacer ; pero es mueho mas lo que con los esfuerzos de una milicia nación d heróiea, y si sabemos eonservarnos unidos, podremos sobre nuestros contrarios. Marcneraos contra . Mor, persigámoslos , aniquilémoslos en sus principab-s elijinénto* ; y cuan lo á los menos culpables los hubiésemos imposibilitado de volver ti {"Vnitac ¡,1 cabeza, soldados del séptimo distrito, vosotr •i y yó, lejos de imitar á algunos de l"s tigres qu han capitaneado, implorai émos del (lobiiTiio tudoS lo» ausilios , todos los recursos oecesarios p'nrft que en el seno de la tranquilidad y él s isi-^u que liabrémos restablecido , los ilustrados é industriosos catuliiiius vuelvan h sus fraliijos, basan fiuctificar sus campos, florecer sus talleres, sus fábricas , su comercio ; convirtiendo asi el afligí, do suela que hoy pisamos eu morada feliz dó residan por siempre la paz y la abundancia. Convencidos entonces de la enorme diferencia que hay de un sistema despótico y arbitrario al representativo y oonstitueional ; abjurando sus pasa los errores/ é inflamados por el riesen de borrarlos ; se unirán sin duda á nuestras filas ; y una vez consolidado en España el código sagrado por - que la inmensa mayoria de la Nación está decidida , acaso volarán con nosotros 6 proclamarh; entre las mas degradadas y esclavas, listos son los Sentimientos y los deseos de vuestro goueml eu gel'e. Lérida 10 de Seliembre Ue i8zí. — Francisco Esptís y Mina. _____ V " CANCION PATRIOTICA. dedicada al Palriota D. Francisco Hspoi y Mina General en G cíe del ejercito de operaciones de Cataluña. COR O, Salve, írmc.to' Mina, Bel servil terror , Destruye al faccioso Perjuro traidor. Mira estas provincia» Llenas de traidores ; Oye los clamores Del buen liberal : JXo creas á mueboe