4 L' ESTIUADA ciones, el botànicu y el yeólogu base para sus estudiós é inmenso material para sus ensenanzas, el poeta para las inspiraciones mas sublimes, el excursionista, amplios horizontes, y, finalmente, el enfermo una terapèutica, hija do la Naturaleza, que despierta energias y lleva alientos de vida à los órganos mas decadentes, y en los litiàsicos, salutiferas aguas sin rival, en donde se obtienen curaciones verdaderamente maravillosas. Bajo estos múltiples aspectos el clima de San Hilario à muy pocas horas de Barcelona--merece la admiración mas profunda y justificada, hoy desconocida en Cataluna, desde que la invasión de lo exólico invade por completo à ciertos individuos, que consideran superior à todo lo de nuestro pais, lo extrangero, casi siempre hijo de una perversión del criterio, à impulso de reclamos bien calculados en la esfera puramente mercantil, Hay que confesar ingenuamente que por apatia y dcsidia, no se dan à conocer en nuestras regiones lo mucho y bueno que atesoran, dejando el campo libre à los que con mano maeslra saben exponer sus pomposas descripcioncs de aguas y lugares, que en ultimo anàlisis no tienen sino una mediana importància. Las aguas de San Hilario tienen una gloriosa tradición terapèutica. Conocidas primeramente por el mèdico Gravalosa, recomendadas por Castelló, mèdico de càmara, para combatir la litiaris de Fernando VII, y empleadascon èxito creciente en millares de enfermos por médicos catalanes y de otras provincias espanolas, si dicha estación estuviere en otro pals, menos apàtico que el nuestro, tendría seguramente una fama universal. Dada la índole del periódico, para el que van dedicadas estàs lineas, voy à ocuparme con preferehcia de los sitios próximosà San Hilario, que son objeto de interesantes excursiones. Una de las mas próximas es à la ermita de San Miguel de Solterra, desde cuya elevada cúspide — i,3oo metros sobre el nivel del mar— se descubre un extenso y variado Horizonte: desde la costa basta las estribaciones de los Pirineos, el Ilano de Gerona, la inmortal ciudad, el Montseny y la Cruz de Matagalls. Otra excursión es la del Llano de las Arenas: elevada meseta con hennosas fuentes y frondosasarboledas como la del Mas-Carbó y Tortadés. Pasando la Riera Mayor por el puente de Malafogassa y entrando en la jurisdicción de Sau, & orillas del rumoroso Ter, hay sitios hermosísimos, acrecentdndose la admiración al subir a Tavertet. En el Avench encontré numerosos fósiles, y allí pude contemplar tres sepulturas celtas, y un dolmen en una linca del Sr. Fontcuberta, cuva heredad se extiende hacia Oriente, en donde existe un delicioso bosque de hayas seculares, de lo mas hermoso de Cataluna. Seria muy extenso si meocupase de San Juan de Fàbregas, Mondoys. de Carós, Serrallonga, Susqueda, Sta. Maria del Far, la ermita de N'uestra Sra. deia Salud y el pintoresco pueblo de Rupit, emplazado sobre rocas. Circunscribièndome à una excursión muy freCuente entre losveraneantes de San Hilario que toman como objetivo de predilección el Montseny, harè la resena de una que llevè d cab.» hace algunos anos. He ido varias veces à tan hermosos sitios por Viladrau y por Arbucias. Al objeto de presenciar la salida del Sol, desde lo alto del Turó del Home, salimos de San Hilario una tarde para pernoctar en el Santuario de Santa Fè — entonces muy abandonado — dos amigos: uno músico y el otro algo poeta. Muy de madrugada subimos al Turó — 1669 metros- -y la salida del Aslro Reynos pareció salida de Kmpirador. ;Qué hermosa manifestación de la Naturaleza! Cuando doraba las cumbres— como dicen lospoetas — todavia habia obscuridades en el fondo de los profundos valies de Palautordera. Poco à poco aquellos hermosos luminares dísiparon las tinieblas llevando luz, diafanidades, energias y vida à toda la comarca, que parecia despertar de un letàrgic > sueno. Desde allí nos fuimos à las Agudas, cuya cúspide mide nueve metros menos que el Turó. Cerca de aquella existe una hermosa fuente, 11amada del Briançó, cuya agua fresca y cristalina, resulta, por su elevada situación, un problema geológico. Emprendimos la vuelta à San Hilario por San Marçal, Viladrau, Llano de las Arenas, pern ai pasar por la base del picacho de la Aguda, nos paramos à contemplar una cascada y extàticos ante aquel hermoso espectàculo, me pidió mi amigo el làpiz y la cartera, en donde apuntaba mis impresiones, y contemplando aquel picacho, y el torrente de agua que, por sus faldas, saltaba en busca de la riera que cruzaba por el fondo, escribió dos quintillas, que conservo, y no puedo resistir à la tentación de transcribirlas, aunque rompa con cllo el secreto profesional de mi amigo y se dè por ofendido con esta indiscreción mía, justificada por haber prescrito, dado el tiempo transcurrido. A LA AGUDA DEL MONTSENY En tu purisimo ambiente Cuando tu cúspide sube Por la escarpada pendiente,