Torao II. Barcelona 6 de Diciembre de 1872. Núm. 42. PUNTOS DE SUSCRICION: BARCELONA LITOGRAFÍA DE JUAN VAZQUEZ. RESTO DE ESPAÑA PRINCIPALES LIBRERÍAS. 1 PRECIOS DE SUSCRICION: ESPAÑA. 10 REALES CADA 12 NÚMEROS pagados por anlic'pado. NÚMEROS SUELTOS 2 REALES. ULTRAMAR 24 NÚMEROS 50 REALES. CRONICON. Una iulenluDa descabellada mas. Un subsiguiente y nalural descalabro. La ocasión era complelamenle calva. Ya lo h(¡ dicho, descabellada. Los insurreclos no han tenido por donde cogerla y han sido ellos los cogidos. El levantamiento se ha hecho en nombre de la República. ¡Pobro amiga mia! ¡Cómo se abusa de tu nombre! Juzgo inútil decir que la buena señora ignoraba por completo lo que se tramaba. Es demasiado honesta, para aceptar ciertas compañías. Es demasiado prudente, para cometer ciertas indiscreciones. Es demasiado paciente, para andarse con precipitaciones que puedan comprometer un triunfo que llene asegurado. ¡Pero sus contrarios son tantos y tan interesados en manchar su acrisolada reputación! ¡Perjudica á tantos la limpieza de su nombre! Las comparaciones son k veces tan odiosas y olla ha de salir siempre con tanta ventaja en las comparaciones! La sangre ha corrido. ¡Coía que en España maldita la novedad que ofrece! A ello juzgo que debe España su hermoso y fecundo suelo. Lo que no va en lágrimas va en suspiros. ¡Cómo ha de ser! Aquí no tenemos horribles volcanes, ni espantosos incendios, ni animales voraces, ni eternas nieves, ni sofocantes calores, ni abrumadoras nieblas, ni sanguinarios instintos, ni periódicas epidemias. Tenemos ligereza de cascos como causa y estúpidos motines como efecto. No deja de haber en ello su poesía. El país republicano, es decir el pueblo español, ha callado, se ha compadecido de la exaltación do los fanáticos, que en nombre de sacrosantos principios, han añadido una nueva perturbación á las muchas que agitan á la pobre patria y los ha perdonado tal vez on gracia de sus buenas intenciones, si es que las hayan tenido al unir un torpe descalabro al glorioso lema estampado en su bandera sin autorización de nadie. Doblemos la hoja. La comisión de jurado dicen que ha terminado sus trabajos. Trabajo ha de costarle al jurado el deíprenderse de los hercúleos brazos de la comisión. Ni que me lo juren creo en el establecimiento do' jurado. ¡Me han engañado tantas vecesl En la del Banco hipotecario sí creo. Y mas desdo que lo defiendo Salamanca. Hay cosas de que no es permitido dudar. El rey sigue malilo. A pesar de las ranas. Las ranas le llamaron, las ranas le mortificaron, pero ¡ay! las ranas no le curan. ¡Oh batracia ingratitud! Porque, no lo duden Vds., las ranas no han curado á S. M., á pesar do lo que las ranas aseguran. Las ranas españolas no pueden obrar milagros. Si fueran ranas italianas ya seria otra cosa. No pueden Vds. imaginar loque influye la nacionalidad en los resultados de las raniles medicaciones. Con que si S. M. quisiera creerme, en Italia daría con su cuerpo y familia y el remedio no podría ser mas pronto y eficaz. Podría suprimir hasta las ranas, bastándole con oír su apacible canto en el idioma del Dante. Ha dicho el ministro de Hacienda que en cinco años de treguas, léase do gobierno radical, se podría hacer frente á todo. ¡Te veo!... pero no te concederó los cinco años. Ya te contentarás con tres pesetas. Comienzan los estados de sitio que son, han sido y no sé sí serán siempre el sitio de los oslados. ¿Siele se sublevan? pues amarre Yd. á dos mil. lié aquí la teoría. La constitución selembrina pide la palabra. El presidente agita la campanilla. Se despejan las tribunas. Continúan los estados do sitio. Y ¡viva la Pepa! El general Serrano se ofrece á salvar el orden y las instituciones. ¡Ojo, D. Manuel! ¿lian vislo Vds. algo quo dé peores resultados quo el obrar mal? ¿Han visto Vds. algo mas productivo y fácil que el obrar bien? ¿Cumple el gobierno su deber respecto á las olvidadas Antillas? Pues no se meta á averiguar si el cambio do ministro de relaciones estranjeras en los Estados-Unidos obedece ó no á una causa española. ¿No cumplo su deber respecto á aquellas paganas islas? Pues cúmplalo y déjeso de cavilaciones. Pero ¡ay! no lo cumple y cavila, y Gassel y Arlime sigue en el ministerio espeluznándose ácada paso! ¡Pobre señor! ¡Él... metido á radical! Hay sufrimientos que no los compensa ni... una cartera! Mr. Thiers ha aceptado la dimisión de Víctor Lefranc. ¿Que significa eso? Lo ignoro; solo sé que no significa el establecimiento do la monarquía. Ni los mismos monárquicos son ya capaces de pedir de buena fé semejante cosa. Hay delitos que repugnan al mas empedernido criminal. Los carlistas siguen... Que so lo cuento á Vds. el diputado Sr. Cisa. Continúan además... De eso les enterará á Vds. el diputado Sr. Vordugo. Sea todo en honra y gloria de Dios. El Africa empieza en el partido carlista como diría Luis XIV si viviera, que no vivo para éscarmíento de picaros y de reyes. Cerielo. EMOCIONES FUERTES. —Alto! A ver ese reloj y eso bolsillo-. -Socorro! un municipal! un sereno! un polizonte! un juez! - No existiendo nada de eso en España, el segundo se desprende de todo lo exigido por el primero y sigue su camino, si le dejan. — Pim! pam! pum! plom! —Socorro! una columna! La columna había pasado en efecto un cuarto do hora antes. En el tren hubo cuatro muertos, diez heridos y varios contusos. -rScñor alcalde: en el reparto que nos hemos dignado hacer corresponden á su pueblo de V. veinte mil reales, que hará V. efectivos en tal punió, en el término de seis días, do lo contrario será V. pasado por las armas en nombre de Dios, de la patria y del rey nuestro señor.— Campo del honor, Diciembre etc. etc. —Pero ¿de donde diablos ho de sacar yo tanto dinero? A los ocho días fué encontrado exánime el cadáver del infeliz alcalde. —Muy señor nuestro: siendo V. una persona rica y liberal, cualidad excelente la primera, pero ofusca-