LA L Ü € HA nerla én el platillo de tó- balanza durante las negociacioncíi. El fin fué «Scapa Flow». Es decir, que la famosa flota fué sólo capricho de niño rico entusiasmado ante un juguete caro. ¡Pobres naciones, manejadas por semejantes locos! ■ » Inglaterra hizo quanto pudo por estar a bien con Alemania. Siempre fué rechadada. Es el verano de 1895. Inglaterra está aislada. Salisbury y [¿hamberlain buscan amigos. Salisbury va a proponer una alianza. Holstein, el hombre fatal, aconseja: «Inglaterra no está • madura todavía, podemos esperar». Guillermo, repite: «Nos encontramos en la feliz situación de poder esperar y yer venir las cosas, puesto que nadie en Europa puede; alcanzar nada sin nosotros». Profundo y duradero desacuerdo ^ entre el Kaiser y Salisbury. J Marzo del 98. Chamberiain dh el primer paso con él Embajador alemán, Hatzfeldt. Plan mundial. Gran Bretaña unida con Alemania. Quizás también Norteamérica. Grupo político contra el que rió se podría formar otro de igual fuerza. Era el ingreso de Inglaterra en la triple Alianza. Ni Francia ni Rusia ée atreverían a romper la paz. Ésta duraría tanto como el pacto que se proponía. El Kaiser se siente feliz: «¡Al fin vierten a mí esos orgulloso.st ¡Nada de aceptar! ¡Qué esperen! A principios de siglo dispondremos de una escuadra que' unida a otra podrá poner a Inglaterra en verdadero peligro». Noviembre del 99. Nueva tentativa por parte de Chamberiain. Entrevistas con el Kaiser y Bülow, Respuesta: «Nosotros no hacemos más que política alemana. El por qué, cuándo, dónde y cómo podríamos vernos obligados a salir de la actual reserva para defender nuestra posición en el mundo, depende de la marcha de los sucesos... que ninguna potencia aislada puede señalar». Enero de 1901. Muere la reina Victoria . Guillermo asiste al en'tiérro. Chamberiain expone tíüevariiente sus deseos. Quiere resolver todas las cuestiones de la política mundial, sobre todo Márruecos y el Extremo Oriente, con uno u otro de los dos grandes grupos de naciones, en cí Gabinete inglés hay partidarios de la Dúplice, pero también los hay de Alemania. El Kaiser ordena tratar el asunto con frialdad. Febrero de 19Q2. Chamberiain entra en negociaciones con Cambón, Dos años después cristalizan en la Entente cordial. De la austrofilia de Guillermo II, nos ocuparemos en el próximo artículo. XII. Guillermo II partió siempre de la base de «ios Príncipes por la Gracia de Dios». Príncipes, reyes, emperadores, todos puestos por Dios en los tronos para dirigid,; tes naciones, para felicidad de los pueblos; todos cosa sagrada, -como de origen divino. En cambio, sentía pro fundo desprecio hacia los presidentes republicanos, presidentes de «sans culottes». Y también respecto a los monarcas constitucionales, a los que llamaba «reyes som bras». Así que no fué pensamiento político el que durante todo su reinado le impulsó hacia Rusia, Ai^stria y Jíurquía, sino amistad con las dinastías reinantes, con el Zar, con el yiejo Francisco José y con el Sultán. Pero ninguna de tan triste trascendencia como la dedicada al empe rador austríaco. Dijo el Kaiser en una ocasión: «Rusia quiere ocupar Bulgaria y solicita der nosotros neutralidad. Yo he jurado fidelidad al Emperador de Austria y he contestado al Zar que no puedo dejar a dicha nación en la estacada. Esta fué su fe. Y esta fe le perdió. A él y al mundo entero, que si no fuera por la adhesión a la casa feudal de los Habsburgo, no habría sobrevenido la gran guerra. La casa feudal de los Habsburgo, «lo más carcomido de los Im-r períos europeos». A tan gran adhesión, corresponde Austria anexionándose Bosnia con la conformidad de Rusia y sin consultar con Alemania, su aliada. El Kaiser, buen amigo del Sultán, se enfada: «¡Un atraco a Turquía! Dar pie estúpidamente a que Inglaterra sospeche de los Imperios centrales... Austria se verá acusada de doblez y con razón. ¡Nos han engañado miserablemente! Me siento ófendi do en mi condición de aliado. Soy el último en Europa que se entera del asunto... ¡Sencillamente, una feloníal (El agradecimiento de la casa de Habsburgo! Ahora el rey Eduardo inscribirá en su programa la protección de los tratados... ¡Su gran triunfo a nuestra costa!» La aquiescencia de Servia, en 1909, evitó la guerra. Pero ya desde eatonces, hasta el Zar calculó que «el choque era inevitable». Alemania y el Kaiser pasaron como instigadores de un hecho en el que no tuvieron la menor intervención. Verano de 1912. Amenaza de guerra mundial. Los Balcanes unidos contra Austria. Entre ésta y Rusia, tirantez de relaciones. Piensa Guillermo que la Triple Alianza no protege más que las actuales posesiones y no las pretensiones ulteriores. Y aconseja con advertencias pacifistas a la nación aliada, descartando una guerra «en que tendríamos que jugárnoslo todo y que podría representar hasta el hundimiento de Alemania.. En el tratado de alianza no consta que el pueblo y el ejército alemán estén ai servicio ni al capricho de la política internacional de otro Estado». 28 de Junio de 1914. «Hace tres horas, el Archiduque y su esposa han sido asesinados en Sarajevo». Así, escrito en un papel que le arrojaron a la cubierta del barco donde se distraía; así supo la noticia Guillermo 11. Este hombre temía la guerra; sabía el peligro que se corría. Por eso su actitud en los primeros días de julio; «castigo rápido y ejemplar de los regicidas; nadd de sonar espuelas y sables». Ninguno de los tres emperadores quería la guerra; estaban al tanto de lo que se jugaban. Iswolski y Berchthold tuvieron mucha culpa, pero quizá no la mayor, como ahora veremos. El Embajador alemán en Viena, escribe a su Señor: «Aprovecho todas las ocasiones para aconsejar con mesura, pero seria y terminantemente, contra la adopción de ninguna medida precipitada». El Kaiser se descompone: «¿Quién le autorizó para ello? ¡Eso es una tontería! Y no es cuenta de usted... Después, si la cosa va mal, dirán: |¡Alemania no ha queridotl... jTschirschky, tiene que dejarse de esas tonterías! jHay que barrer a los servios! ¡Y cuanto antes, mejor»!. El 5 de julio, recibe carta de su aliado: «El conde de Hoyos se había declarado partidario del reparto de Servia». No le parece bien a Guillermo; no se le ocultaba lo que tal reparto podía costar. Pero es la hora de almorzar, y se almuerza, y las cosas no se ven lo mismo antes que después de un almuerzo. Y el Kaiser coheede de sobremesa lo que poco antes negara. Con este consentimiento eran ya posibles los Belicosos planes de Viena. Y cuando el conde Tisza preconiza prudencia, Guillermo, comenta: «¿Con esos criminales y des pués de lo que ha sucedido?... ¡Idioteces») , Toda la vida de GmHermo II ha sido una equivocación. Así también entonces. Estuvo convencido üe que ni el Zar ni el Rey de Inglaterra se opondrían : a que Austria castigase a Servia. Lo del castigo era puro pretexto para realizar un viejo anhelo de expansión territorial. Pero el Kaiser no lo veía así; ¡castigo a los servios regicidas contumaces! Imposible que Nicolás, Zar «por la agracia de Dios», y Jorge, rey por igual gracia, se opusieran al castigo. «Ningún elegido de Dios se puede poner en favor de los regicidas. Ninguno se atreverá contra el derecho de la casa de Habsburgo a vengar la ofensa como se le antoje». Grey indica al Kaiser que intervenga. Respuesta: «¿Por qué me iba yo a entrometer a calmar a los austríacos? Esos perros balcánicos son la causa de todo; por su crimen deben ser castigados... Esa proposición inglesa es una desvergüenza - increíble. ¡Yo no soy el llamado a hacer, por orden de Grey, indicaciones al Emperador de Austria sobre la mejor manera de guardar su honor!... Esto hay que decirlo clara y terminantemente a Grey, para que sepa que conmigo no se juega... ¡Servia es una taifa de bandidos y debe ser castigada por su crimen! ¡Yo no he de mezclarme para nada en un asunto que sólo el Emperador de Austria es el llamado a juzgarl Guillermo II. R». El 25 de julio sigue en vena guerrera: «Los ultimátums se aceptan o nó... ¡Pero no se discuten! De ahí el nombré que tienen... Servía no es un Estado, en el sentido europeo, sino una partida de bandoleros». Cuando Grey, en informe de aquél mismo alude la peligro de la guerra, ya muy próximo, el Kaiser escribe: «No cabe duda quejlegará». Y cuando el inglés vuelve a proponer una conferencia de arbitraje, Guillermo responde: ^Superflua. Yo no tomaré parle en ella, a menos que Austria me lo ruegue directamente, cosa poco probable. En cuestiones de honor y en cuestiones vitales, no se consulta a ncidie». Aquel mismo día, aludiendo a Nicolás: «Desde su hermandad con la República socialista francesa, ya no tiene la gracia de Dios. Esto proviene de la alianza de una monarquía absoluta con una república socialista de «sans culottes*. ^ El 28 se conoce en Berlín la casi incondicional aceptación de Servia. Se sabe también que Rusia no consiente el atropello. Entonces es cuando Guillermo II se siente pacifista y trabaja sinceramente por la paz. ¡Demasiado farde! Rusia moviliza su ejército de millones. Palabras del Kaiser: «La ligereza y la debilidad van a precipitar al munido en la más horrible de las guerras, sin otro fin qué la des¬ trucción de Alemánia. Pues^ya de acuerdo para destruirnos». no me cabe duda: Inglaterra, >' Francia y Rusia se han puesto Luis Villaoz. Al GMiérdl tábraclor US. Exmo. Sn: Entre las vafrias renovaciones de susCripcion'a La Lucha, que a úlliniíi llora se van recibífendo, lo que prueba que nuestro periódico era más querido" de lo que pensábamos, figura la de S. E., ahora sale como y cuando puede, no obstante recibir el dinero suficiente para salir con toda puntualidad. ¡Qué le vamos a hacer! Son los resultados ídelaplégá'á'e sabios que a ciertas obras les caen endma. i , Los ApóstoleSi Exmo. Sr., tuvieron un Gamaliel que los defendió ante levitas, escribas y, fariseos; a nosotros todavía no nos ha salido ninguno que interceda acerca de los Fliedner, Araujo, Cabrera, Rhodes, Albricias, Estruch, Bengtson, Capó, Ramírez, Regaliza, Payne, etc. Probablemente, no nos saldrá a nosotros ningún Gamaliel, a no ser que sea S. E., pero no nos arredramos. O se nos demuestra el error en que estamos con nuestro Cristianismo Social o conlinu,aremos disparando , con fuego graneado ya discreción desde Luz al Pueblo, cada vez con mejor puntería, hasta que no quede un santón en pie en el campo evangélico. La lucha encarnizada es inevitable, a menos que las personas más destacadas en la dirección de la obra protestante en España justifiquen, por medio de un documento público, la conducta observada sobre nueslros desvelos y el por qué de su boicot. Esto es lo que tiene que decirle, Exmo. Sr., al recibir emocionado sus preciosas líneas, por las que le da fervorosa y fraternalmente las más rendidas gracias, El Editor de La Lucha. Aviso de Interés De nuevo hemos de decir a los 'que se interesan por inquirir datos sobre lafundación de la Cotonía Cristiana Social, de Sabadéll, que esperen a leer el Manifiesto que aparecerá en el primer número de "Luz al Pueblo", y que, si están conformes con las líneas genérales de su contenido, se adhieran, sin pérdida de tiempo, al Grupo Cristiano Social «Regenaraoión>, de ésta, y muy gustosos contestaremos particularmente cuantas consultas se nos hagan y cuantos detalles se deseen para el Ingreso en la misma. No disponemos de tiempo para contestar a los que nos piden datos por simple curiosidad; sólo contestaremos a los que pregunten con verdadero- interés. La Comisión Organizadora. Maremógnum --Nos es muy grato comunicar a nuestros lectores que, a los que piensen sostener materialmente a Luz al Pueblo, porcada peseta que se nos remita'de donativo, a tal fin, nosotros enviaremos :al donante un ejemplar de El Cristianismo Social, libre de todo gasto. Nos interesa hacer propaganda de nuestros redentores ideales y creemos que éste es uno de los medios mejores para rea tizarla. —Los que én Sabadel) deseen Luz al Pueblo, podrán pasar por su Administración a recogerla. El que quiera que se le pase a domicilio, tendrá que abonar cinco céntimos por ejemplar al repartidor. Esto es lo que cuesta remitir un periódico por correo por el interior de una ciudad, y, si no se reparte por correo, a pocos les gusta el trabajar de balde. — Los paqueteros que sientan simpatías por la labor que vamos a emprender desde Luz al Pueblo, si lo desean, recibirán, gratuitamente, el mismo número de ejemplares que se les mandan para los compradores de La Lucha. Ellos, por el reparto, pueden cobrar cinco céntimos por ejemplar. Para ello, aunque en el periódico constará que se repartirá gratis, tienen nuestra autorización. No tendremos esta consideración para con los paqueteros que estén entrampados con La Lucha. —Hemos notado el interés con que todos los que han renovado su suscripción a La Lucha han pedido un ejemplar de El Clistianismo Social. Como; a pesar de la buena voluntad demostrada por un número considerable de susctipiores, no podemos continuar publicando La Lucha, si los que han mandado su suscripción de seis pesetas para poder adquirir un ejemplar de El Cristianismo, que ya se ha remitido a todos, prefieren que en. vez de devolverles las cinco pesetas que les restan, les remitamos cinco ejemplares más de este interesante libro, avisen y los recibirán -inmediatamente. Por '¡6' pesetas, pueden adquirir ejemplares de El Cristianismo Social por valor de 24. De no convenirles esta combinación, manden una postal comi.'iicándolo e inmediatamente les giraremos sus cinco pesetas. Si por toda la primera quincena de Enero no hemos retibido orden contraria, remitiremos 5 ejemplares más de El Cristianismo, pues yá tendrán en su poder uno,; y daremos por saldadas nuestras cuentas. Imp. Guteaberg, Ora. Barcelona 48. SABADELL,