iurw , c*flN un Mi|ilriuruUi dd wUiu lyu. ijuc iIüJi uUu j en H rual M < >!aruii comprcudiiUfl las (Tuiionii.is . que pudicnn lucersr 1 h\w uu riaiírciiiliwtni una obra cvlwwl ) nw han dr m t . ron uu rcMlUlo prufácio . >-«>rwuailu8 sMjuitra Um «fam s y .ItlicuJuai-s , que luvumu pva n'uuir fundos necesarios ! ..^^ Perú ■■ u e«lc jwis uu verdades ; poru las i , (jim soe como Iimí enemigos de un gobierno, que juveniles coa el solo fui de dmcreditarle , du-cn eon la mayor írescun. « k nosotros nu nos impurUria que se hubieran realizado pingües beneficios en este negocio .- pero ¿qué necesidad había de que tuviera la linea esas grandes pendieotes . ni esos curvas de laj' peqocñM radios, sin cuyas graves fallas . que parecen sobras , oi servicio podría hacerse con mas regularidad y seg uríitad de lus pasageros j ha-la con mas economía en la esplolacion ?» A eslos . que hablan sin conocimiento de causa , aunque era preciso 'lu'- le tuvieran de alijtma qitf otra , leü contcslaremos lan solo que nink'ona culpa li<-iir ni « slo la casa coii^triiclora . pues que parlinido del principio de que U linea para ¡r á Znragozl pase por Thrrasa . ManreMfCalafy San fiuim , no pueden ovilarsc estos incniivenientes. ácauo de la escabrosidad del terreno y grandes alturas , que hay que salvar ano á costa de muchos sacrificios y serpenteos . alguno de ellos hasl i retrocediendo ; y como as le trazado lo autorizaron los Ingenieros , resulta que nada tiene que ver con ello mi defendido. Se dice también que las pendienle-i del dos y del dos y medio por ciento no deberían autorizarse en esta línea , por el mucho material quf-chan á perder ; el consumo de combusUble y fuerza que necesitan máquinas. A esto eonlesíarémos que tampoco tiene la culpa nuestro ioocenle defendida , pnes pasando la Hnoa por donde hoy pasa es malerialmenlc indispensable , cosa que no sucedería si como antes hemos espresado tuviese su natural dirección por Marlorell Igualada y demás iWBlos , ya referidos.