LA JORNADA DEPORTIVA S DESPUES DB LOS PAETIDOS DEL M. T. K. El valor de los maichs Que el Barcelona al medir sus fuerzas con el campeón magyur pasaba por. una de las pruebas no sólo más duras de su gloriosa existencia si que también de las de mayor trascendencia, es hecho al que no cabe opo«er la menor duda. Basta leer el historial del ciub de Budapest para que deduzcamos la verdad del aserto. Campeón del año ñltimo, después de haberlo sido durante ios seis años anteriores consecutivamente, y de haber alcanzado el título otras seis veces, hasta un total de trece, temíamos que no viniera ahora en plena forma. Es sabido que en el año aciual Ua sufrido una crisis bastante intensa. Algunas bajas importantes en el equipo por deserción y por lesiones, le hizo empatar eu tres partidos con onemigos débiles. Sin embargo, la reacción no tardó en venir, y ahora el M. T. K. volvía a ser el gran equipo de antes. Vino el equipo completo, con Plattko, que no jugó el campeonato de este año y a línea delantera del equipo fe hartó de evolucionar en las cercanías de la led azul grana. Hubo momentos rte pvn-ión angustiosa por parte del sólido quinteto dirigido por Schaffer. No es que sintiéramos demasiado la sensación de un goal cercano ; pero fiaDcmentf nos molestaba aquel asedio que velamos tan persistente. Eu cambio, nuestros avances, imprecisos cjsi s empre, sin ser tnn recargiU.is de ciencia, habrían siempre brecha, que nunca se aprovechó, aparte de algunas magistrales paradas de Prattko. Sobre todo en el segundo partido al pasar al exterior Piera aquella línea impetuosa sí, pero desconcertada siempre, adquirió una brillantez tal que sólo faltó ante la puerta el hombre que sin grandes habilidades hubiera sido capaz de conservar la sangre fría en el momento oportuno. Aunque parezca paradoja, el entusiasmo fué en ciertos momentos perjudicial. Es evidente que esta cualidad es definitiva ii la mayor parte de las ocasiones, cuando se construye el goal en la labor de preparación, pero es innegable que el exceso de entusiasmo malogra la eficacia en el momento final. Si la línea hubiera tenido un par Je interiores capaces de ser serenos en los remates el triunfo hubiera sido para el equipo local, a pesar del desacierto de la línea de ataque en conjunto. I aun cuando no quisiéramos ser exigentes y diéramos por bien empleado el primer empate, el segundo día fuimos los más los que salimos leí campo coa la impresión de qu« noMrtr» rlctoria no era cesa difícil, al rerfti de lo Que oenrrift el primero. •Nuestros jugadores podrán no ser tan refinados técnicos, pero se cuelan por el más pequeño claro que encuentran en la defensa. Pero, después de haber hecho lo más difícil al estilo del jugador adocenado no saben rematar la pelota a un metro de la puerta. PARTIDOS SIN GOALS El público, en general, salió decepcionado del primer partido, y aunque en menor grado, también del segundo. Las causas no fueron otras que el no marcarse goals. Realmente, sin goals puede apreciarse las bellezas del juego, pero a un partido sin ellos le falta nU'o: es como un match de boxeo sin K-O. Un partido empieza realmente al marcarse el primer goal. Entonces, como por ensalmo, la lucha adquiere, por lo general, un vigor y una vivacidad que j tenía hasta entonces. Los unos por cfón de to« tadtrfóoes, ya «m 6« etraf*^ Toda eeto dwwwtifl pwwwr »I arteforma no se compn-nde tan matemáli " i exactitud como la que casi siempre demostraron los jugadoresdol SI. T. K. En cambio, el factor tiempo fué despreciado. Fué al revés de los nuestros, que tuvieron la máxima ventaja en el mismo. Pero estos dos factores (precisión y máxima rapidez en la ejecución) aunque parezcan antitéticos no lo son. Claro está que el máximo ajuste de las piezas de un equipo no es posible que sea compatible con la rapidez máxima. Pero sí lo es una relativa concordancia de acciones, por el conocimiento del juego mutuo de los jugadores y por conocimiento de = pesiciones respectivas en cada momento, con una rapidez relativa. Este, a nuestro juicio, es el ideal del fútbol. Pero tiene un inconveniente, y es que mientras en el juego cuyo patrón nos ha; dado 1 M. T. K. puede suplirse en el equipo fácilmente un jugador, sin detrimento de la labor colectiva, en este otro juego a base de mayor rapidez, para ser preciso, requiere una larga convivencia en el líliliíi Orenwe 1 7 P .üzmis'í, cl « itl :ao,y el aaevj eat^a i ! >» del P. C. B icetoo i conservar la ventaja y los otros para neutral'"Arla. Está verdad es más eviden' ta los matchs donde se ventila un título de superioridad, es decir, que puede ser aplicado a los dos últimos partidos en que por primera vez dos genuínos representantes del fútbol de dos países que van al frente disputaban el honor de imponer un estilo como mejor. Nos quedamos con la duda de ceer que no hemos visto al M. T. K. verdadero. Tanto lo que de él nos habían contado. Y nos queda, asimismo la sospecha de que el anodino ataque barcelonés hubiera sentido el efecto de un goal marcado por cualquiera de los bandos como un revulsivo ellgaudo a la brillantez épica de los grandes días, ya que en muchas ocasiones ha . tenido necesidad de este estímulo. EL MEJOR SISTEMA Indudablemente en los dos sistemas de juego que hemos visto estos días frente a frente, tan radicalmente distintos, influyen dos razones poderosas. La primera es función de raza ; la segunda es fruto de madurez. Conciben los húngaros el juego tal como lo hemos visto a base de una absoluta precisión, servida por una .labilidad individual notabilísima. Nada de balones perdidos; nunca un jugador descuida la colocación de la pelota a los pies de un compañero. Para ello ha sido preciso una laboriosa preparación y estadio d» 1« coloca - eqnipo de los mismos jugadores con las menores variaciones posibles. En partidos anteriores el Barcelona nos había ofrecido este juego tan brillante que es rápido y preciso al mismo tiempo, pero aue cuando los jugadores habían jugado juntos mucho tiempo. Las variaciones repetidas y numerosas han obrado perniciosamente sobre la labor de ataque otras veces tan brillante. UN ARBITRO PSICOLOGO Basta leer el Reglamento del fútbol para convencerse de que no puede arbitrar dignamente un palurdo. Se necesitan ciertas condiciones de percep-ción que permitan entrar en conocimiento de la intencióii. Ahí está el escollo de los arbitros; y esta sutilidad en darse cuenta de la intención de la voluntad es con el offside, la piedra de toque de los grandes referées. Se dirá que es difícil adquirir el conocimiento exacto del hecho intencionado, pero admitiendo que en vez del conocimiento sea la simple presunción, un árbitro será tanto mejor cuando ésta esté más ajustada a la realidad de los hechos. El árbitro tiene qtte poseer dos cua lidades indispensables : ser moral y ser psicólogo. En el primer concepto entra el conocimiento de las reglas y su subordinación a las mismas equitativamente ; y en el segundo la perspicacia para distinguir la intención de las acciones, coea no tan sencilla como párate. tro W. S. Boas en es toa dos partidos, en los «tales ha e^dcm^ado-^ senflr tí espíritu y no poseer simplemente la letra, de las disposiciones legales, hasta el extremo de concebir el juego como podría hacerlo el puritano más recalcitrante de la vieja AlbiCn. SPECTATOB £1 nuevo del F, C Barcelona La cantidad de jugadores qne figuran en el P. C. Barcelona es tan aben dnnte, que no es posible a nn solo entrenador encargarse de la ardua y pesada labor que representa cuidar de todos ellos. Por consiguiente, la Direetlva de dicho Club concibió el proyec^- de asegurarse el Concurso de un nuevo elemento que cooperara a la tarea del actual entrenador. La elección ha recaído en la persona de Emmerich Poszonyl, uno de los mSs antiguos Jugadores de Hun¡■"-ía. Poszonyi ínefi desde 1900 a 190S ■>i el M. T. K., como medio centro, y *1 fué onien, en aquellos tiempos, en que el fútbol hüpgaro estaba en pleno "kick and rush", convirtiólo eu «I metódico sistema que lo ha llévalo al esplendor de hoy. El fué también lara decirlo así. el primer "scientlüc footballer" de llunsrta,. y el ejemplo de su práctica escuela llevó a algu"08 de los mis hitblles Jugadores hún caros a su completa madurez, y con ellos el enort hrtngaro meloró nota blemente de calidad. Revesz, Kertesz, Dori. Knrschner, etc., fueron Inmediatos sucesores de Poszoiiyi, y estos fueron quienes hicieron que, el futbo) hiíngaro alcanzara su época de mayor brillantez. Poszonyl era ya, en los tíeié pos antiguos, un , Jugador absolutamen te moderno, ün hombre de téciiicoi y de método, y ha llegado naturalmente con el tiemno. cuyo esplendor él nre sintió, a hacer una gran carrera; Pos zonyi estuvo áltimamente /dos 'años Con gran éxito en Polonia, con el Club Cracovia, en calidad de entrenador, y líltimamente en Budapest, en, el equipo Zuglo. ■ . : ', \ La situación crítica de estos paí ses hizo que su contrato en esta: citada ciudad no se renovara, decidiendo ma'phar de Budapest, a pesar de que muchos ' Cinns. y principalmente el M. T. K. solicitaron insistentemente sus servicios. Poszonyi ha estado tres aflos en América ; es un gran técnico, inteligente en sumo grado, y "enérgico", y será, sin ninguna duda, ira eieriiento de gran valía para el P. C. Barcelona. Además de one tiene mucho que enseñar, tiene la facultad de que sabe hacerlo, adaptándose a cada caso partícula'' para ejercer en él. una honda Inflnenclá en sentido de mejora. En su cargo conserva siempre un alto gra do de autoridad y sus éxitos mowües no son menores ntte sus éxitos físicos. PeTIoitamoB al P. C. Barcelona por su valiosa adquisición. Suecia - España, defl~ nitívamente aplazado Aunque antes de tenerse noticia oficial del aplazamiento, se corrieron ya ciertas especies, no quisiráos nosotros hacernos eco de ellas ,hasta adquirir la nersnasión de su autenticid'd. He aquí las gestiones a propósito de este match, que no há sido suspendido sino aplazndo. .V ■•- :.. Conforme la Federación Española en celebrar' el encuentro a que. H/Sueca la invitaba .después de estudiar el calendario de fechas disponibles, rechazó el 28 de enero (fecha dé -F.rancia-Espafia) indicando como única libre de anteriores compromisos el 14 de enero, o en todo caso otra a designar seguidamente en la primavera prfi xima. Como a esta carta no contestará la federación Sueca, v ia luccs.aa-J de preparar el grupo nacional fuera inmediata, nuestros nacinales teléprañft ron dos veces seguidas erigiendo respuesta, que al fin y telegráficameitc ha enviado también aquella Federación, indicando sv imposibilidad de aceptar «1 día 14 de enero, peo con anuncio de carta seguidaji¿nte tn la que además de las aclaracionís del caso, proponen nuevas fechas ,que n lo que pa rece serán en la primera probablemente.