DESTINO El heroísmo italiano en Africa Oriental La magnitud de los acontecimientos del Este europeo ha desviado la atención del público de la gallarda actitud del puñado de soldados italianos que. completamente aislados y sin esperanza de auxilio, han conseguido poner a dura prueba la fuerza del Imperio Britinico. La reciente entrega, gloriosa y con todos los honores, . de los heroicos defensores de Galla Sidiamo, , suscita, una vez más, nuestra admiración, ya provocada por los épicos episodios de Amba Alegi y de Gondor- El soldado italiano ha demostrado ampliamente, en las peores condiciones imaginables, su extraordinario valor y su hondo patriotismo. Lo U.R.S.S., sin ovioción Al concluirse eí pacto entre Alemania y la U. R. S. S., la revista alemana "Deutsche Wehr" decía: "La aviación soviética se divide en 1939 en 616 grupos, que constituyen -00 escuadras e;i cifras redondas, la mitad de las cuales son de bombardeo. Esas 200 escuadras forman 50 brigadas aéreas, de la* cuales cinco están dispuestas a orillas del Mar Negro, del Báltico y del Mar del Japón, para una acción concordante con las fuerzas marítimas. Estas brigadas están «omctmas desde el punto de vista de tas operaciones al comisaríado de la Marina. Sesenta > tres grupos están destinados a las operaciones combinadas con las tropas de tierra. MEn total, se pueden contar en la L'. R. S. S. 5.500 aviones de primera líi.ea y 2.500 de segunda linea." Un afio antes íen 1938), Lindbergh diÓ 'a cifra de 3.000 aparatos como total de los effec'i'os aéreos soviéticos. Es evidente que desde 1939 acá los efectivos, aéreos risos han sido en gran manera aumentados, ya que los destruidos hasta &hora por los alemanes casi rebasan !as cifras dada» por la "Deutsche Weh* y todavía quedan aparatos rusos para luchar. Pero parece tan. bien evidente que la aviación soviética debe de haber recibido un golpe tan tremendo, que no ya toda esperanza de victoria, sino incluso de prolont^ai!» resistencia debe ser en Rusia abandonada- Porque sin aviones no se puede hacer boy día la guerra Empréstitos soviéticos Los Soviets teniin sus empréstitos, rumo lo» países "burgueses". Sólo que allí los metían a la fuerza. El sistema era el siguiente: a cada empresa se le asignaba una cintidad a suscribir, que ella repartía después entre los trabajadores. Ni uno solo se hubiera atrevido a negarse a tomar su parte, Pero, aunque lo h> I iese intentado, no había manera de lavarlo' a cabo, pues sin pedirle permiso le descontaban ya del mísero sueldo la cantidad suscrita. Asi. por ejemplo, ai empréstito del año pasado se "suscribieron" 60 millones de personas (se calcula que en la U. R. S. S. hay 40 millones de fami lias). Era una manera más de oprimir a los ""felices habitantes de la patria del proletariado". A primeros de junio último. Stalin ordenó la emisión de uno nuevo de esos empréstitos. pM la suma de 9,500 millones de rublos. Desde 1930 acá los empréstitos han sido once, es decir, uno cada aflo, y aumentando gradualmente en la proporción siguiente (cifras en rublos) : 1930: 1931: 1K32: 1933: 1934: 1935: 1936: 1937: 1938: .1939: 1940: 1941: 1.025.000. 000 l.MS.OíM.nOO 2.718.000.000 3.076.OOO.000 3.402 000.000 3.966.000 000 4.S3I2.000.000 4.932.000 000 5.928.00.'» 00o 7.607.000.000 9.433.00f 000 9.600.000. 000. la Historia se repite Con excepción del Canadá y de las colonias atlánticas, el Imperio inglés se encuentra establecido sobre el Océano Indico. Siempre ha sido deseo de la Gran Bretaña completar sus dominios en torro a dicho mar, hasta conseguir la posesión de todos los territorios compren, didos desde Egipto a El Cabo y desde el Nilo a la India y Australia. Y lograda, en efecto, casi totalmente la indicada aspiración, las princi. pales colonias se extienden formando los flancos — cuyas respectivas me¿u. las habían de ser los proyectados ferrocarriles El Cairo-EI Cabo y Suej-u India — de un gigantesco ángulo, cuyo vértice se encuentra en la zona 04 Canal de Suez. — No, mi querido contradictor, la Historia sólo se repite parcialmente, hasta cierto punto. La marcha de Hit ler sobre Moscú no será repetición de aquella que emprendió Napoleón hace ciento veintinueve afios y que hubo de resultarle fatal. — Sin embargo, mantengo, mi criterio de que los problemas con que tiene que enfrentarse Hitler se parecen muchísimo a los del Emperador fran- Cierto, pero los medios de que dispone el Tercer Reich son muy diferentes de los que Napoleón podía utilizar. El problema es el mismo: ¿cómo vencer al Imperio británico desde el Continente, pon no disponer de una flota capaz de derrotar a la Inglesa? Si no existieran submarinos ni aviones, podríamos apostar uno contra ciento a que la guerra terminarla — al cabo de muchos anos — con el triunfo de la Gran Bretaña. Todos los barcos entrarían en puertos británicos sin ser molestados. Los ingleses no se darían cuenta de que están en guerra. Hoy los alemanes pueden combatir a Inglaterra por mar y aire; sin embargo, a grandes rasgos el problema sigue siendo el. mismo: dominar todo el Continente para derrotar al Imperio. V si el Fuhrer no pensase en la posibilidad de una guerra larga, el trigo de Ucrania y el petróleo del Cáucaso no presentarían tanta Importancia para él. Si supiera que denlro de un par de meses derrotarla a Inglaterra, sabría también que todo lo demás caería por su propio peso. No es por ambición desmedida por lo que Napoleón entró en Rusia, sino por necesidad: para deshacer una posible coalición enemiga y para obligar a Rusia a adherirse sin reservas al contrabloqueo continental, respuesta al bloqueo marítimo inglés. Hitler, por su parte, además de una guerra Ideológica, hace una guerra preventiva y una guerra económica, porque necesita los recursos de Rusia para combatir a la Gran Bretaña, que sigue siendo el enemigo principal. — Siendo asf. ¿no se aleja demasiado de $u meta? Me parece que por Smolensko no se va a Londres. Talleres de Construcción de MAQUINARIA PARA FABRICAS DE HARINAS Y TURBINAS HIDRAULICAS f . y i. Mí | Oa. O A D l> T D A Almogávares, 181 al 189 Teléfono 52131 Dirección teleg. Jo se pane BARCELONA COMPORTABLES MUEBLES DC TUBO SEMA PASEO oe GRACIA. 49 • •• — Directamente, no; pero indirectamente, si. Ahora bien, lo indirecto cuesta más trabajo y más tiempo que lo directo. No soy técnico: de modo que ignoro si la invasión de la isla resulta hacedera. Fácil no será, porque, si lo fuera, los alemanes ya I* hubieran intentado. Por lo visto confían en que la dominación de los recursos de todo el Continente y el hundimiento cada vez más inquietante de barcos ingleses, obligue a Inglaterra, sí no a capitular, por lo menos a buscar un compromiso con el Reich. — Me parece que Rusia podría pagar los vidrios rotos; hace tiempo que los ingleses debían haber empujado a los alemanes hacia el Este. A costa de Rusia, el resto de Europa se hubiera librado de los horrores de la guerra. — En efecto, las democracias hubieran podido emprender ese paso, sin la desconfianza absoluta en las intenciones de la Alemania nacionalsocialista. Desgraciadamente, la desconfianza persiste. — ¿Y qué pueden emprender para deshacer los planes del FOhrer? — Resistir, rearmar, esperar años y años, conseguir la decidida intervención de los Estados Unidos, reforzar el bloqueo, fomentar el descontento en Europa, ett. Sacar las enseñanzas de las guerras anteriores, pero no esperar cómodamente que la historia se repita ni que la invasión de Rusia haya de ser forzosamente el principio del fin para Hitler, como lo fué para Napoleón. ANDRES REVESZ EURAS Somirtioj i'nj/ejfj ¿ona ¿rl caita/ Je óiif* f/ancof e/P /a rn is/no. 4/" f na la/ al yprticP Este vértice lo es también de todo el Imperio inglés, y su pérdida signt. ficaría la desarticulación de la colosal obra, al quedar separada la cabeza directora y dividida en dos inmensas bandas. Inglaterra no ha tejado nunca de conceder gran importancia a la zona de la desembocadura del Nilo y de Suez, zona que durante largo tiempo h» sido motivo de una fuerte rivalidad anglo-francesa. A fines del siglo XVIII ya se produjo el primer choque con Francia, que dió lugar a la célebre batalla de Abukir, que afirmó el poderío naval d< Inglaterra. En 1840, Francia renovó sus intentos sobre Egipto, y levantó Inglaterra contra ella una coalición de las grandes potencias de Europa. Es digna también de notarse la resistencia que opuso la Gran Bretaíl a la construcción del Canal, para evitar la influencia de Francia en agüellas regiones, y cómo halló el medio, después de acabada la obra, de que ésta pasara a su poder y de acabar con la independencia de Egipto en 1882. Todavía en 1898 ocurrió el conocido incidente de Fashoda entre los des países, como consecuencia de la campaña del General Kitchener para ensanchar los dominios ingleses en el Nilo. Después de la Gran Guerra, se afianzó el dominio británico, tanto w Egipto como en el Próximo Oriente. Y en el momento actual puede asegurarse que no han tenido más objeto que asegurar la protección de la referida zona la fracasada ofensiva inglesa en Libia, la intentona de Grecia, la ocupación del Irak, la resistencia en Creta, las operaciones en Siria y U última ofensiva, también fracasada, en el sector de Sollum, Finalmente, las operaciones iniciadas en Rusia por el Eje no son sin» la destrucción de un magno plan de las democracias en favor de Inglaterra para mantener este vértice del Imperio británico, que es tanto como mantener el bloqueo oriental de Europa. COMANDANTE JOSE RUIZ-FORNELLS LA ISLA DE LAS SAGAS ■ SLANDIA hd sido llamada rrorlidas veces, sobre todo en los últimos tiempos, la "llave" del puente ideal que une a Europa con América. Pues bien, de esa llave acaban de apoderarse los Estados Unidos. Aparte de si esto favorece a una de fts partes en lucha, el hecho es signifícativo, porque implica nada me* nos que la irrupción de Norteamérica en Europa. "América para los americanos" es para los yanquis un dogma indiscutible. En cambio, vienen a discutirnos este otro dogma: "Europa para los europeos". La llegada de los yanquis a Islandia constituye un ultraje y una amenaza para los europeos. Los ingleses, que son responsables del hecho, no lo sienten asi; pero ellos no se consideran precisamente europeos. Ellos son ingleses, y basta- Los norteamericanos no tenían derecho a desembarcar en Islandia. Dicen haberlo hecho % petición del gobierno islandés. Ellos sabrán cómo han obtenido esa petición o cuánto Ies cuesta. Pero, desde luego, el gobierno islandés no tenia derecho a hacer esta petición contra la voluntad de su soberano. Vamos a explicarlo. Islandia y Dinamarca eran dos Estados soberanos, ligados por la perso¬ na de un mismo rey. Con motivo de la ocupación de Dinamarca por las tropas alemanas, Islandia, ya sea por 1 su libre voluntad o coaccionada por Inglaterra (esto último es lo que nosotros creemos), decidió renunciar a esa unión personal Pero no es todavía un hecho, ni puede serlo. Jurídicamente, el procedimiento a seguir es el siguiente; una vez acordada por una de las partes la separación (esto lo dijo Islandia el 16 de mayo de 1941), tiene que pasar un periodo de tres años, durante el cual se entablarán negociaciones para la solución de los problemas planteados. Asi. pues, la comunicación islandesa de mayo último no constituye más que un "preaviso", y solamente el 18 de mayo de 1044, si las negociaciones habidas con Dinamarca no han sur-tido efecto, podrá hacerse la denuncia oficial del tratado. Por lo tanto, aún hoy, y a pesar del desembarco de las tropas yanquis, no- hay en Islandia más soberano que el rey Cristián de Dinamarca. Así lo consideran los mismos islandeses, que con este motivo nombraron ha poco un regente. Pero parece que en las últimas semanas, de tal manera han cambiado las cosas en la isla de las Sagas, que olvidan todos esos compromisos y. bien los islandeses de su propio grado, bien los hombres de Islandia puesto» a las órdenes de las "democrarias occidentales", se creen con dererho a obrar a capricho. Y aún tienen humo» de verdadera nación. En una declaración recientemente publicada en Reykjavik se "Esperamos que el mundo se faabr» dado cuenta de que la nación ísUodcsa. aun siendo una pequeña cooiuni dad, ha conseguido demostrar, con su trabajo y los resultados obtenidos,^! forma naturalmente parte de las * munidades soberana^ del mundo. justificación no proviene de nir.gas poder externo, sino del hecho de I0* este pueblo ha vivido siempre osa vida propia- Viene de ona ordena* vida social; la prosperidad y la cidad de la población han ido ciendo de año en «ño, desde que * vio Ubre para administear los prop»» asuntos; y, por Unto» mira al P01^ nir con optimismo y con «I eniusi» mo natural de una nación joven J fuerte. m La invasión yanqui acaba de ^ %-irtuar todas etaa pretensiones- 1^ dia, simplemente, ha sustituido al w Cristián de Dinamarca, al fin T ^ cabo un nórdico como ellos, P** Mr. Roosevelt. Esto es todo. DIEGO VICTORIA