¿ando indirectamente sus manos en la sangre del pobre y del cristiiino y tomando jen sus dedos impuros y llevando a sa hoca escomulgada el sinto cuei'po y sangre de Jesucristo , después de linher incitado al pueblo á que destroce los miembros de sus hermanos en Religión y Patria. Y ¿por que es esto? El clero español que defendió íioróicamente sus derechos contia la arbitrariedad de los PonLílices romanos ¿querrá privar á los pneblos el conquistar los suyos, no digo contra Uii Papa, sino contra los perversos ministros que seducían á su Rey? Conciudíulnnos mios , esos hombres que os predican contra la Constitución , son malvados ó ilusos: ese libro que ultrajan, empieza ensalzando el nombre de Dios Padre y la religión del ünige'nito; ese libro que maldicen, está fundado en la moral del evangélio: él os pone á cubierto délos robos de los favoritos: evita que puedan seducir á nuestro amado monarca Fernando: impide seáis arrastrados á muertes secretas y que el rico y poderoso os atropelléy os pise: ahora y no antes podréis decir, los hombres somos iguales ante la ley : el rico será castigado si ofende al pobre , y no podrá el sencillo labrador ser oprimido por adulador cortesano. Quisiera , iSV, Conservador , circulase esta carta púr toda la Nación para desengaño de los infelices : quisiera que los enemigos de la Constitución digesen y disputasen conmigo sobre el punto do Jica lo malo de este Código, y en que se opone á nuestra santa ley: si son valientes, yo los desafio al combate ; pero no admitirán el partido , porque como sólo tratan de engañar , no quieren verse vencidos. J. F. (Del Conservador) -•ísid»? naicl o!íil''«lfnMa ud 38-ctrv, M'inifni Máximas de vn verdadero español. De nada sirve que se persuada nna Nación que sus leyes son las mejores , si estas no se egecntan. Los derechos •del hombre siempre fueron los mismos que son , y los déspotas que no los respetaron y los holláron , no procediéron ja~ mas á tenor de ley alguna. La inobservancia de la ley, condujo siempre á la esclavitud , y el primer paso á la tiranía es el desprecio de ley. I El esp/riiii público bien dirigido , es el mas ftierte apoyo de los derechos del hombre,ysi la arbitrariedad y la injusticia hallan en la opinión general el justo castigo del error y del desprecio, la urtud será premiada y él pueblo feliz. Sin opinión no hay respeto ni hay miramiento. El gefe, el magistrado y hasta el mas infeliz cMKládimo,-'pei-,l'<'0 el público concepta, solo son objetos de execración, si el espíritu público se sostiene en su fuerza y pureza. • ¡Magistrados! -á cuyo cargo ba puesto el puehlo soberano la egeoúcion déla Ifey que aclama sus sagrados derechos, de vuestra integridad y de vuestra rectitud -"depende vuestra suerte y nuestra felicidad. El |>ul)lico tiehe el mayor interés en no perder de vista la mas mínima de vuestras-eperacionesi si prevaricáis, si os apar- i63 tais un ápice de la senda recta que la constitución os señala, seréis el oprobio de la sociedad, y como miembros podridos , la ley os arrojará del gobierno de la Nación , y la execración pública os seguirá hasta el sepulcro, -o/oiiii -isJskieó rinuB ft£ni9b39l *<>n aoíinrup-i ffilísKlinJ:- 9Í(D<« ki-)ii<)i)Jlüi «-. Krmqao ünu kn Sr. Editor: vayan unas preguntitas. Pregunto. ¿Si á la entrada de S. M. el Rey cuando almas bajas le obligáron á despi eciai' la Constitución se Imbiese i nsistido alguna persona á reconocer al Sr. D. Fernando séptimo sino la juraba, qúe se hubiera hecho con él? ¿y que se debe hacer cuando habiéndola jurado S. M. ; no quiera jurarla alguno? ¿El que renuncia á los principios sobre que descansa el pacto social persiguiendo este mismo pacto, es digno de la protección que dan á los individuos reunidos las leyes amparadoras? ¿ A que clase pertenecerá en la nación el individuo que renuncia voluntariamente á los derechos de ella no jurando el pacto social recibido ? ¿ Si los Diputados buenos de las Corles fueron ú la Cabrera y. otros destinos por consejo de espúreos españoles, á donde debemi ir estos? ¿Quien será mejor católico-apostólico-rpmano , y seguirá méjór el espíritu evangélico y la moral de Jesucristo ; el que azota , encarcela, desuella , descoyunta y atormenta , ó el que perdona generosamente , y olvida las injurias, azotes, büldones . presidios, calumnias , y otros favores de esta especié? 1 i'xid .'í 'WAttit h aun •«uJnujjyiq íbi .iwcfensí ». Estas preguntillas Güal aquí las vés ii i ni i: *(Vi -iljfi 1 íiímiJ'f. t j Doctor cegijunto ! " Repásalas bien. Si te hacen cosquillas Yo te juro á fe Son las mas suaves Que te pienso hacer. Responde si quieres, MfS con tefi Con ten. Valga la franqueza, ; Y la buena fe l Te rascas la caspa Y sorbes rapé?.... ¡Pobre Don Embrollo! Vale . . . hasta mas ver. El Cúsquillero. ¿Porque motivo Sr. Editor, la Junta encargada dé de los obsequios que van á tributarse al mártir de la patria D. LUIS LACY , solo ha convidado á algunos artisbis á presentar sjis invenciones para los moiuimcntos que deben eri-" g'irsé en memoria de tan digno heroc , y ha olvidado á los demás? ¿Acaso los pintores y escultores no pueden desempeñar igualmente que los arquitectos particularmente por el túmulo? ¿No corresponde ol ornato y alegorías ñas á los primeros qué á los segundos? .Acmoa aoi o'/iH.-iJaoo aaa jakoda/i tammm aj lia