a propósito de cam- La natación, pugna para tener personalidad PEONATOS ESCOLARES en nu€Sfra Universidad. por Francisco GIBERT El equipo de relevos de la 'Escuela de Comercio" que resultó vencedor en los recientes campeonatos escolares. «Del nquipo de salladores y nadadores • seleccionados para representarla América en los Juegos Olímpicos a Tourelles, durante la semana del 13 al 20 de Julio de 1926, exactamente la mitad fueron proporcionados pollos Universidades y Colegios.» Las palabras de Frank J. Sullivan, que acabamos de estampar, nos ponen en evidencia ante un problema difícil de resolver. ¿lis posible que esta labor formidable de los nadadores escolares americanos se baya podido realizar al margen de los claustros universitarios, buérfanos del apoyo oficial y dejados a su propia mano?1 No, evideul emente. La tarea formidable de la natación universitaria norteamericana, que tomamos como un ejemplo definitivo que no admite réplica, es producto de una obra colectiva en la que están enlazados todos los elementos que constituyen esta docta institución. El deporlc se ha filtrado, y para ser más exactos se ha adueñado por Completo del espíritu de la Universidad. Es más, quizás es muy posible qui1 toda la obra divulgadora y educativa de la Universidad vaya enlazada y supeditada tomando romo eje el deporte. La juventud norteamericana salpica sus ansias, da rienda suelta a la alegría del vivir, y sabe hacer de su ideal humano, algo digno, algo alegre, algo substancialmente audaz, porque ha sabido sacar de sus horas de estudio el nervio ágil del carácter forjado en el deporte. j Qué hermosa debe ser esta juventud 1 [ Guán lejano e inaccesible nos parece esta aureola que debe presidir en las horas de relación, el prestigio del elemento que ha sabido marcar el essai o que lia llevado a la victoria el bote en el que iban cifradas el prestigio y el honor de la Universidad ! Ricardo Brull, campeón de los 100 metros estilo libre. La Universidad- debe amarse entonces como nunca, porque no constituye, como entre nosotros, lastimosamente, el medio de obtener un titulo, de sacar por delante un afán desligado por completo de toda idea de colectividad. La Universidad aquí no la sentimos en el fondo, quizás porque no ha sabido hacernos luchar en su nombre, porque no hemos podido parangonarla con otras que la disputaban un honor, sino que ha seguido Iradicionalista manteniendo a flor un espíritu hermético, limitando su arción a la esfera casi exclusivamente cerebral. De ahí, pues, la obsesionante comezón de la pregunta que ha poco hemos estampado. ¿No es una verdadera lástima que estos campeonatos escolares de natación que nuestros escolares han llevado a cabo ha pocos días queden reducidos a una tentativa de carácter casi privado, sin apoyo oficial no lleguen a tener el alto vuelo que merecen? Es más interesante este aspecto del deporte que el de fomentar la creación de nuevos Clubs. Hay en los Estados Unidos, afiliados a la National Collegiate Athletic Association, más de doscientas cincuenta Universidades y Colegios que cuentan con piscina, que tienen equipos de water-polo, y (pie punían en conjunto más de diez mil nadadores escolares, -de los que salen los olímpicos de talla excepcional. Muchos padres americanos deciden a veces la Universidad para sus hijos a consecuencia de los éxitos deportivos sonados. Muchas Universidades deben tener en pie su piscina y mantener en su puesto estos tipos desconocidos aquí del «trainer» y del «cóah» para salir adelante de la competencia que se ha establecido entre las Universidades, que junto con el plan de estudios brindan todas las ventajas de su organización deportiva. El molde del estudiante de Ilildeberg, que fué compañero del príncine Carlos Luis, que vió tronchar su juventud, bebedores acérrimos de cerveza, amantes de las luchas a tajos, y pedante, y ele un compañerismo superficial, ha dejado paso al tipo nuevo a la moda de Oxford, de Princeton, que saben ser hombres de cuerpo entero y que saben ser sinceros, y que saben poner de relieve los veinte quilates del oro de la juventud y del juego limpio por encima de todo. ¿Por qué no encontrarán nuestros escolares el apoyo que.Ies falta en esta obra de redención que han emprendido? ¿Por qué no se les ayudará a realzarse sobre el tipo «picaro» del estudiante clásico, a sacudirse la lujuria glotona, de los estudiantes germanos, para aparecer como hombres de acción, bien dotados, que, van puliéndose al roce del deporte, que preside la personalidad del estudiante actual? ¿Por qué se concebirá que personas de calidad docente bien pertrechada tengan del deporte una idea tan soberanamente primitiva? Para un catedrático bien conocido, el deporte no tenía otro interés que ser una válvula formidable para combatir el sensualismo. A estas alturas es esto bochornoso. Mucho nos gustaría que nuestras palabras influyeran algo en bien de esta idea del deporte escolar que solos y aislados, los estudiantes han' llevado a cabo con la cooperación magnánima de nuestro C. N. Barcelona, que ha brindado su piscina y sus elementos en favor de una idea que es todo un credo de modernidad ; pero dudamos que nuestras palabras sinceras y nuestras nobles aspiraciones lleguen a cundir y a ser debidamente interpretadas por quienes pueden darles forma definitiva. Los países más adelantados del mundo, entre los que, vamos a señalar, América, Inglaterra, Alemania y Suecia, cuidan del deporte universitario con gran interés, y es precisamente al- que con mayor cuidado y esmero prestan su apoyo material los respectivos Gobiernos. Una prueba de ello nos la da el Gobierno alemán, que acaba de votar una subvención "de 200.000 marcos oro para la preparación olímpica de sus hombres en vistas a los próximos Juegos Olímpicos de 1928. El raport que ha presentado la «Comisión de. Ejccricios Físicos del Imperio», Comisión agregada al Ministerio de la Guerra, señala que una parte importantísima de esta subvención será destinada exprofesamente a la preparación de los deportistas universitarios, lo cual demuestra claramente, que es precisamente entre el elemento estudiantil donde ven cifradas las máximas posibilidades de su triunfo en Amsterdam. El ejemplo americano, de dedicar especial cuidado a las Universidades, es ahora, una vez vistos los magníficos resultados que con ello ha logrado, motivo de especial aten'ción en todas las naciones que marchan al frente del deporte mundial. Con ello nos será dable admirar en los próximos Juegos Olímpicos, cómo el ejemplo americano de presentar un equipo de nadadores, en su mayoría estudiantes, habrá cundido en las demás naciones. Aunque no creemos probable que entre ellas podamos contar a la nuestra, si la organización del deporte hispano no es antes debidamente orientada. Francesc, campeón de las pruebas de braz--i de pecho. Fotos Gaspar-Clarei. 10