FX GUIRIGAY Conocéis ya mi modo de decir las cosa». Tú, carlista, sobras? leña al absolutismo. Tá, republicano, faltas? duro al del gorro frigio. Tú, sacerdote, no cumples? trancazo á la sotana. Tú, gobierno, farseas? azotes á los que mandao. |Y por qué no ha ser así todo períodistal «Quien bien te quiere le hará llorar» y si las verdades arrancan lágrimas, son las únicas que pueden modificar las malas costumbres de los pueblos. iPobre pueblo, siempre patrimonio do unos pocos envidiosos á quien emborrachan, para que no vea con ojos claros las intenciones de los que le conducen al abismo! Hay hasta quien predica la paz, y para que no se le eche en cara el llevar algunos miles de hombres á la eternidad, dice que con una guerra sangrienta, de desolación, como todas las guerras, la paz quedará asegurada. ¡Y tiene razón! ¡á lo menos para los que dormirán el sueño de la muerte! Decid, lectores, ya que de guerra hablamos; ¿no os hace gracia la charla sempiterna del francés, con el silencio sepulcral del prusiano? Quiero contaros una anécdota preciosa ocurrida estos dias entre un prusiano, un francés y un español ; este, andaluz por mas señas. Hablando de la guerra, el francés ponderó tanto lo que habían hecho siempre los nietos de San Luis, que el prusiano en tono doctoral dijo: — Ni un andaluz hace tanto. Esta fué la señal para que el sevillano lomára la palabra y dijera: — Poco á poco, señores, yo me acuerdo de lo que hizo mi padre cuando la guerra que tuvimos contra Napoleón 1. Había unos diez mil franceses, y papá sin encomendarse á Dios ni al diablo, disparó su escopeta de dos cañones al oído de un centinela el cual sembró el espanto entre sus camaradas, de un modo tal, que huyeron como almas de condenados, cayendo unos mil en un barranco, mil mas murieron ahogados en un rio, cinco mil alcanzaron á nado una isla y allí murieron de hambre y los restantes fueron pasto de las fieras. — Cuidado, dijo el prusiano, creo que se queda V. corto. — Pero hombre, déjeme V. concluir que ahora viene lo grande. Figúrense Vds. que después de haber los enemigos abandonado el pueblo, papá muerto de hambre, de cansancio y de sed, halló las puertas de las casas cerradas. Miró por todas parles y se detuvo en la plaza, y como viese un botijo en un balcón, se echó la escopeta á la cara, disparó sobre el botijo, y el balín hizo un agujero salvador dando salida al agua que fué á parar á la boca de papá en forma de chorro. Bebió, llenó después una botella, y, económico como siempre, disparó sin perder un instante el otro cañón de la escopeta, y fué la bala á cerrar herméticamente el agujero que había hecho con la primera, no dejando salir ni una sola gota de agua. ¿Qué tal? — Esto es cabalmente lo que hacen todos los franceses en el campo de batalla, dijo el parisién. Disparan su fusil y páf, va á caer al enemigo; pero disparan otra vez y como la bala tapa herméticamente la primera herida, evita la salida de la sangre y cman rápidamente. Es por esto , que como nosotros somos tan humanitarios, apenas matamos gente, mientras los demás nos matan como chinches. ¿Y qué dice V. á eso señor prusiano? — Yo diré á Vds.; como hace muchos años que me hallo en l'spaña, sé algunas anécdotas de las que con tanta gracia se cuentan en este bello país. Eran dos amigos: — ¿Te has afeitado solo? — Sí, ¿por qué? — Porque te has hecho cinco heridas. — ¡Qué quieres! si tengo unas navajas que no cortan. ¿Qué tal? El francés se puso colorado como un tomate y el prusiano amarillo como el azafrán. El español dió muestras del mayor indiferentismo y se puso á taralear Á la sombra de un naranjo Está llorando Lorenza, Y su llanto es agua turbia Del pozo de su conciencia. Así, pues, van hoy las cosas ; queridos lectores. Unos queriendo enseñorearse del mundo porque están de alza. Otros por celos quieren aplastar á aquellos porque no les acomoda ser menos que los demás. Y nosotros con los brazos cruzados holgazaneando con un indiferentismo que nos acaba, mirando lo presente con la mas fría sonrisa y lo del porvenir encogiéndonos de hombros. jCuidado si á este paso podemos esperar cualquier cosa! Timllo. MISERIAS El ilustre Mr. Saluslio ha suplicado al gobierno francés que no se inlernc al no menos ilustre D. González Bravo de inemorablf recordación. ¿Por quó Mr. Olózaga no suplicaba á su tiempo al gobierno español que se le pidieran cuentas á 1). González Bravo de su administración? Se nos figura que esto último hubiera sido mas agradable para los españoles. Lo otro habrá podido ser mas placentero para el francés. Mr. Olózaga se porta bom' H faut. Dícese que Mr. Luis ha amenazado con proclamar la república si algunos pelafustrancs de su calibre se oponían á ciertas operaciones de guerra. iQué pobre hombre es Mr. LuisI Para muestra con un botón sobra, y Mr. Luis, digo mal; el ciudadano presidente Luis, nos puso de manifiesto mas de dos. Los periódicos franceses nos hablan de inventos prusianos que el mismo Satanás envidiarla, si fuera posible que existiera un Satanás. ¡Qué viva la civilizaciooootilll.... ¡Qué viva la ilustracioooonlll.... llQoé vivan los siervosIIII Estos dias se ha hablado mucho sobre el Ilustrisimo Padre Clarct. En tu consecuencia parece que el Señor Patrocinio se ha decidido á vestir dr lulo toda su vida , renuncianio al consabido negocio de las educandas. Doña Paquita está inconsolable. * • (Entre paréntesis:) Mastai Fcrreti ha renunciado a| uso de la Bevalenta Arábiga, para recurrir & la eficacia de los zuavos. Contra tales virludeí están los voluntarios de Gari- baldi. La nueva empresa del ferro-carril de San Juan de as Abadesas ha principiado en grande escala aquellos trabajos. El que quiera tomarse la molestia de recorrer aqueja T¡a, de seguro que quedará patitieso de admiración al ver que no la pierden do vista tres brigadas compuestas do cuatro individuos y un capataz. No sabemos si malas ó buenas lenguas confirman la muerte del general Mac-Mahon. Séale la tierra ligera. Al fin y al cabo poca falta nos ha de hacer. — ¡,Qaé pne dicen ustedes de la amnistía? — No se hizo la miel para la boca del asno. — Pero á borrico tonto, arriero loco. — 1 Hombre, no se ponga usted en boca el nombre de Guzman en vano! Hay quien se empeña en sostener que debieran haberse reunido las Córtes, y nosotros nos empeñamos en sostener lo contrario. No queremos tan mal al prójimo para desear á esos señores lo que tal vez habria de regalarles una congestión cerebral que les llevara pateta. Basta y sobra con que el gobierno de la Gloriosa siga por si y ante si desgobernando. ¿No recuerdan Vds. que fué elegido por sufragio universal? Pues si no si- les ha ido de la mollera ese dato histórico , téngase presente que el gobierno y solo el gobierno, reasume cuantos poderes puedan representar los intereses de la nación , y cierren lodos los españoes el pico, y encójanse de hombros y aguanten el chubasco. Guando el agua penetre basta la médula de los huesos, veremos que se ha de hacer para guarecernos do la tormenta. Nuestro embajador en París, nos comunica que el principo imperial es digno del nombre que lleva. Delante del peligro y en medio de los estragos de la batalla de Saarbruk, ha demostrado un valor y una sangre fria, que hubiera hecho morirse de envidia al mismo Carlos Martel. Ya no es solo el de las bolas el tio Garando. [Que se lo bañe en las prodigiosas aguas donde zambulleron al héroe de Troya I iQue se le bañe! ¡¡Que se le bañeil LOS TRAPISONDISTAS DE LA GLORIOSA. (Historia pura de la revolución española de 1868, con la continuación de la tragedia del nhin.) ó SEA UN LIBBO QUE PUEDE COMPETIR COIM 1 ..X •— i VERDADES DE PEBO-GRULLO. ESCRITO con presencia de monumentos, datos, hechos, vicios, virtudes, apostasías, desaciertos, liviandades, desórdenes, motines, tiranías, deportaciones, bombardeos, fusilamientos, miserias y otras mil y quinientas quisicosas político-revolucionarias, cómicas, dramáticas, chistosas, graves y hasta patibularias, POR una pluma que si no está bien cortada , nunca se ba mojado en la tinta del presupuesto. BASES DE LA PUBLICACION. Esta obra irá ilustrada con caricaturas debidas al lápiz del mismo que ilustra este periódico. Constará de pocas entregas, á dos cuartos cada nos, y se repartirán dos cada semana. Los que quieran suscribirse que se dirijan por si ó por medio de nuestros corresponsales á esta redacción. Director, Juan Justo Uguet.