8 SEPTIEMBRE-OCTUBRE 1988 el de la indústria de detensa generaria màs puestos de trabajo, al eliminar la exigència de especialización notable pròpia de este sector. Pero analicemos concretamente la realidad espanola. EI crecimiento de las industrias del sector ha sido y sigue siendo desigual. Algunas empresas han visto incrementar notoriamente sus cifras de ventas y exportaciones. Otras, emperò, presentan importantes dèficits y estàn sometidas a profundas reestructuraciones. Lo cierto es que la tendència dominante es la de promovei empresas de capital intensivo y, por tanto, con poca mano de obra. Las cifras lo muestran claramente; los resultados de las cuatro grandes empresas públicas del sector (CASA, BAZAN, SANTA BÀRBARA, ENASA) muestran en el periodo 1980-86 un incremento de la cifra (conjunta) de ventas (+ 95,6%), de inversiones (+ 147,1%) de exportaciones (+ 84,8%), mientras que ha disminuido (en un 1,9%) la cifra total de trabajadores. Es decir, que la tecnologia militar no sólo no crea puestos de trabajo sinó que los hace disminuir. Ademàs, la misma inversión en otro sector siempre crearia màs. 8. iEs inevitable la exportación de armas? Lo cierto es que no necesariamente. Todo depende de si se produce sólo por razones de seguridad o si se produce para exportar. No obstante, las declaraciones oficiales suelen ser circulares: la indústria de armamentos asegura la capacidad de defensa; habida cuenta de los preciós actuales de los productos bèlicos, la viabiüdad de la indústria exige aumentar la producción para reducir costos; la sobreproducción, no obstante, exige exportar. La verdad es que hay industrias de defensa creadas en función de la exportación y no de la satisfacción de las necesidades del mercado interior. Hay países donde sólo se exporta una cuarta o quinta parte de la producción (Suècia, República Federal de Alemanía); otros, como Itàlia, exportan por el contrario un 70% de su producción. Espana (como Francia o Gran Bretana) exporta un 50% de la producción del sector, lo que significa que muchas armas (como el Aviocar C-212 de CASA) fueron dísenadas para ser vendidas al exterior. Que la producción de armas se oriente màs a satisfacer necesidades intemas o bien a la exportación depende bàsicamente de opciones políticas. 9. iLa exportación de armas tiene algo que ver con criterios políticos? Justificar la exportación hablando de la necesidad de reducir costos y de rentabilizar el esfuerzo de investigación y desarrollo supone olvidar el caràcter político de la indústria de defensa. En todos los países la indústria de defensa es favorecida y fomentada por los gobíemos; en todos los países goza de incentivos y subvenciones; en todos los países hay legislaciones o reglamentaciones de las exportaciones. No estamos hablando de un sector industrial típico; en este caso, sea como sea, es el Estado el principal y a menudo único comprador de la producción. No se pueden mantener a la vez dos discursos contrapuestos: o "hay que disponer de estàs armas por razones de seguridad nacional", índependientemente de su coste dado que suele decirse que la defensa no tiene precio, o "el mercado nacional nunca justificarà por sí mísmo las cuantiosas inversiones derivadas de la pro¬ ducción de armas". Pretender mantener ambas cosas como verdades símultàneas invalida sendas afirmaciones. La indústria sueca, como ha probado el caso de las exportaciones fraudulentas de la empresa Bofors (con la complícidad de buena parte del sector europeooccidéntal de explosivos y munícíones a través del llamado "càrtel" europeo) a Iràn, tiene tantas ganas de obtener beneficiós, incluso ilegales, como la espanola. Por consíguiente, el menor porcentaje de exportaciones de la producción sueca del sector se debe a la actuación política del gobiemo. Sea como fuere, exportar para "rentabilizar costos" no exime a las empresas, autoridades y ciudadanos de la responsabilidad política de vender armas a díctaduras, países que violan los derechos humanos o naciones en guerra. 10. iSe puede controlar internacionalmente el comercio de armas mediante pactos o tratados? Teóricamente sí. Resultaria posíble establecer acuerdos entre países suministradores para reducir el volumen de transferen- Naciones Unidas, las iníciativas han sido numerosas. El ano 1978, en ocasión de la I Sesión Especial dedicada al desarme, todos los estados miembros prometieron que los receptores y proveedores iniciarian conversaciones para limitar las transferencías de armas convencionales. Hasta el momento no se ha pasado de este estadio inicial de promesa. Tampoco han funcionado los embargos: Sudàfrica està sometida a embargo de acuerdo con la decisión tomada en las Naciones Unidas, pero ello no ha afectado demasiado a sus transferencías comerciales. Hay muchos procedimientos para burlar estàs medidas. Por tanto, los acuerdos intemacionales, si bien son muy deseables, no suelen funcionar por: la falta de datos claros y aceptados por todos los países sobre las transferencías; los diferentes intereses económícos y políticos en juego; las justifioaciones de gobíemos y empresas aducíendo la líbre soberanía y el derecho a la líbre empresa. Por tanto, resulta imprescindible fomentar los controles a nivel de Estado de la producción y exportación de armas. • A menudo quieren defendemos de personas o naciones que no consideramos amenazantes. cias, impedir el de cierto tipo de armas o la exportación a determínados países. Sin embargo, los intentos han sido escasos y sin éxito. Algunos de ellos, como las restricciones que regulan organismes como el COCOM o el London Supplíers Club, responden a motívaciones derivadas del enfrentamíento Este-Oeste. Queda la posibilídad de límitaciones y control a partir de acuerdos de Naciones Unidas o embargos adoptades por organismes íntemacionales. En cuanto a 11. ^Puede un país determinado controlar las transferències y exportaciones? Puede hacerle. Toparà, sin duda, con dificultades políticas, económícas, legales, tècnícas (como establecer una lísta clara de què se entiende por "arma") pero, una vez màs, hay que decir que se puede hacer aquello que 'realmente se desea hacer. Países como Suècia o Àustria lo han hecho, optando por políticas restrictivas de sus exportaciones. Los países que optan por políticas claramente restrictivas reciben la presión del complejo militar-índustrial. No resulta difícil oir cosas como èstas: "si no las vendemos nosotros, alguien lo harà... así las cosas, mejor que nos aprovechemos nosotros...", ni tampoco recurrir a tràfico de ínfluencias, sobomos y chantajes. A diferencia de Espana, muchos países tíenen comísiones parlamentarias que controlan la exportación de armas y crean comísiones de investigación para seguir las operaciones triangulares y diversas exportaciones encubiertas a través de certificados de destino final falsos, etcètera. La política espanola, pese a la actual legíslacíón, es muy permisiva. 12. iExisten medidas indirectes que fomenten las limítaciones del comercio de ermes? Haberlas las hay, efectívamente. Entre otras: a) recortar los presupuestos militares; b) dedicar los reciusos ahorrados al desarrollo (sin aceptar que por "desarrollo" se entiendan cosas como vender camíones para uso militar a países en vías de desarrollo); c) impedir que las ventas de armas a países del Tercer Mundo se hagan con crèditos FAD (Fondo de Ayuda al desanollo); d) iniciar un proceso de conversión de las industrias bélicas en industrias dedicadas a la producción de bienes socialmente útiles. No basta, por consíguiente, con una legíslacíón restrictiva. Debe complementarse con una firme voluntad de cumplirla.