105* ÍL ftUNClPADC. •■ion PD rrpla contra el presidente Johnson, y que el mismo dia de la apertura del Congreíol pedirk quc se uumbre ona rumi^ion mixia pars que proceda sin demora al^uua a iut>iiu¡r c, I pruce.so contra el ejecalivo, ban alarmado al Un & todas las personas ícntalj», Iss cuales i<:u\ noy con espanto el precipicio que pudiera abrirse á sus pies j tratan de atajar cou tiempo k> I males que serian la ccnsecnencia de la revolución j la anarquía. Lss correspondencias de WasliinKlon, quo son hoy el baroaietro mas seguro para indicar c\ •.-stado de la atmósfera polllicd, se-c\ptican con tnuciia ciiergia y claridad en lo que respecui á la re acciou general de que acabamos de hablar, y en una caria quo tenemos & la vista CL- I cuntramos los siguiente:: párrafos, que nu dejan de ser bastante signiQcatiTus: las amenazas de los radicales, dice, de acusar al Pri-siJenle y privarle del ejercicio do susl ¡unciones hasta el Un del proceso, no deben asustar a nadie; porque si tal iuteulan bacer, del seguro que no Iwrrarán su proposito Aqnl hay mochos hombres pulilicos que no son radi-l ' as; pero que observan cnn profunda aleación bis acoulecimiubtui que ocur- 1 « ales ni demócratas: reo y han de ve urrlr antes de la apertura del Congreso, y predicen, con conocimiento de cau-l sa, que cuando se reuna dicho cuerpo, la mayor parle do los repub'.icanossc negarán á seguir I a los radicales en la resbaladiza peudiente de acusar a Mr. Johnson, y se separarán de- ellos I para obrar aisladamente. Asi, pues, en lo que respecta A esta cuestión, el Congreso so encon-l tr.irá dividido en tres grandes secciones, lado los ullraradicales, ta do los dcmocfalas y la del los moderados; y es indudable que estos últimas serán dueños de la balauza del poder. Esloul Yds. seguros de que el proyecto de deposición del Sjeculivo fracasará por completo si se tratal no llevarlo a cabo. I Aun cuando las lineas que anlenerlen no tienen nn carácter oUcial, el conduelo do donilcl proceden es de todo punto aulcaltco y Üdedigno, y no nos queda duda de QUO encierran uní gran fondo de verdea. Mr. Jobnson puede vivir, pues, tranquilo y estar satisfecho de que di apuyo do la nación no le fallará mientras se muestre tan sabio, tau patriólico y Un exacto yl liel observador del opirilu y la letra do la Couslilueion, nomo lo ha hecho ha^la aquí. Quo in-| dudablemente lo liará, se corrobora pjr la siguiente carta que un miembro del gabiuctfl bal úsoriío á un amigo suyo, partidario de Mr. Johnson, residente en uno de los Estados do la Kur-I va Inglaterra, y "el cusí huhia expresado temores lie que las di Ucullodcs exislenles ODlm luJ - poderes ejecutivo y legislativo, indujesen al primero A lomar medidas que las complicasen yl pusiesen en peligio intereses vitales para la nación. El documento es importantísimo y lo K-P «•onvndamiiS especialmente á la aleriuiun de nuestros lectores. Dice asi: A pesar de su prolougada carrera puLilica, poi-.os lnuubres han sido menos comprendido^ que el prooidenle Johnsun. Lo inalleruble de sus convicciones y ia lirutcía de su propósito' I •-omprueban por el raudo oouque ha delcuijido y llcvaiiu a cabo en el Congri'Mi medidas ini-f portantes, como la ley de coloni/.aciou, y por la tiicríiu eoq que sp pnmuucig contra la sepaR-| clon del Sur y en favor del guiiierno durante la guerra pasaii». El presidente cree que el pl-'J <(UO se oropuso, para que cl gobierno lo adoptase en lo tocante a lacuuducla qué debía seguirá se con los Estados del Sur, nu tolo fué magnánimo, sino también cl único que podía dar por n-j -uUado la pronta y cordial reconciliación «lo ambas soccinnes; j esta persuadiao de quesu dc-j her es sostener sus miras, ejercicuUu para ello cuaubis facultades le cunUere la Conslitueioui Pero al seguir esta linea de conducía, de la que no se apartará en lo futuro, ni violara ley alsu-t na, ni dejara dr- cumplir con los demás deberes que su posición le impone. Negará su sancinii a cuantas leyes considere como inconstitucionales, sin importarle la imuupiilaridadá qua esto pueda dar motivo; pero ejecutará con escrupulosa Udelidud todas las leyes, indibas ! . ' mismas 4 que haya negado su sanción ejecutiva, tos temores que V. y otros muchos abrigan du quo Mr. Johnson tratara de obligar al Congreso a que admita degrado ó porfuef/.a á los n i ■ presentantes del Sur, ó cometerá cualquier otro acto imprudente qúu perturbo la.paz pública i desarregle el crédito nación 21, carecen absolutamente de fiindaineuto; porque si bien ejerce! j impávido los poderes quo laConslilucinu leconlicre, cuando so trate de ejecutar medidas qt.J en su opinión sean las mas adecuadas para üuiaeiilar la felicidad du la república, no se malí quistara con el Congreso si este traía de observar la misma independencia en sus aclos. Le c l en extremo sensible el desacnerdn qne hay entre los poderes ejecutivo y legislativo, y estoy sel gnro de que har* todas las honrosas concesiones quo acao neeoíarius para conseguir la reconl . ni sacriflcarA sos principios ni violará la Constitución, según 1 1 riiíacion. Pero fuera de esto la interpreta, por grande que sea la presión quo sobre cl se ejerza. Está decidido A «brarcud rectitud y A hacer justicia 4 iodos, y espera que el tiempo se encargarA de josliflear so conduij ta. Como presidcnio de los Estados l uidos sera lun tlel á la Constitución y al gobierno, CÜIIIJ flel y acendrado defensor de la l'niun fud en los días mas terribles de la prueba porque esla i pasado. hl autor de la carta que antecede ha hecho en picas lineas el relrálo de irtl grande honibrnl de una de esas tigunis nobles que de tiempo en tiempo aparecen en la historia de la» naeiontj y cuyo recuerdo jamás se borra. Después de lu que en ella se dice con el acento profundo de I convicción y de la verdad, nada aíiadircmus, porque nuestras palabras aparecerían descoloi l das y débiles. En el corlo espacio de una semana se han reunido cinco legislaluras en los Estados del SuH á saber: la de Alabama, la de Arkansas, la de Georgia, la de Tcnoessee y la de Tejas, y los mea sajes leídos en ellas por los gobernadores respectivos, con excepción del de Tennessee, esul ■:üucebidos en términos moderados y conciliadores, y lorman ^xlraño contraste con la virulenl ■ ¡a del lenguaje empleado por algunos gobernadoreá de los Estados del Norte. Híenlras que 1c primeros son sinceramente pacíficos y se hallan exentos de toda recrimiDaclon que pndlen