7Z NUMERO DE 24 PAGINAS — 3 PESETAS BARCELONA, 3 DE ENERO DE 194a NUMERO 543 COA BUEN PIE AJO hun ttanfcutftdo muchos meso * • desde que el preiuiente Truman encargó al equipo de economistas políticos y técnicos de la Casa Blanca la fifación dt un plan de ayuda a Europa llamado Plan Marshall. como consecuencu. de la victoria del Partido Republicano americano en las últimas elecciones y de la claridad con que ese partido — en cuya ccheza figura la élite financiera y lo mejor de la clase dirigente de los Estados Unidos — advirtió los errores de la poli - tica de transigencia con Rusia practicada, por exigencias de la guerra, por el difunto presidente Roosevelt. A partir del momento en que Truman adoptaba la nueva postura el mundo entraba en una saludable distensión. Han sido delimitados con prensión los dos cumpas y ha sido posible trazar un* frontera ideal entre dos filosofías, muy desagradable quiza, peto enormemente más cómoda que la improcedente urdimbre de los dos hilot antagónicos, legado de la anterior política conciliatoria, sobre la que el mundo vivía electrizado y u punto dt estallar. La noticia de una ayuda económica eficaz llenó de esperanza al Occidente europeo, yuguló la demagogia rusófila y el tquid pro quo» dialéctico del comunismo — desde la verbosuUd del propagandista de panfleto hasta la voz. ILmada diplomática, de Vichinsky — . Y los primeros envíos de víveres y dt materias, los créditos primerizos dt ese famoso plan, seguidos de una acción política hábil y clara, han permitido ya a estas alturas, a países claves del Mediterráneo, emprender el curmno de la positiva recuperación moral y política. El fenómeno es significativo y resulta un fiel reflejo de la calidad de la presente época, de su signo y de su fortaleza. El signo de nuestra época es bicéfalo: por una lado científico y por otro económico: la bomba atómica y el Plan Marshall constituyen las dos tremendas armas de la paz, su garantía. Y aun. apurando la síntesis, podemos decir que ti mundo sigue y seguirá viviendo seoún sus moldes tradiciorudes. reacios a cualquier revolución, gracias al poderío, verdaderamente deslumbrante, de la riqueza de los Estados V nidos de América. Esa reserva im,go:able de fuerza económi: j construclivu. trabada por una organtzación perftc'a, encajada en la joven vitalidad de un pueblo trabajador y dirigida por un sistema que encumbra al equipo dt los mejorts. ha permitido ti descubrimiento de Us armas decisivas y su producción en serie. Un corresponsal decía, y con razón, que la verdadera bomba atómica son los Estados Unidos. En la decisión de ese pueblo de salir de su aislacionismo para inttrunir en la dirección general de la ipocti resule la plena garantía de una paz de la que tantos dudaban. Hasta en lo internacional se requiere una dirección no sujeta a reproches, en épocas en que se pone en juego no sólo el tipo dt vida sino la vula mi i ma. El inte íes, U vigilante «tención que los promotores de esa política han puesto en U vieja Europa, y smgularmentt t'i el Occidente europeo, tiene, además, signos no ya de mera estrategia sino dt auténtica y generosa empresa directoia. espiritualista y desprendida, dt la mejor ley política e histórica. Parece como s:. impregna dos desde L sangre de las viejas esencias occidentales, los ¡.meneónos se dispusierun a reconocer la vigencia de un tributo u Europa largamente regateado. Es dudoso que en ti seno de la sociedad americana presente se advierta el volumen v tu alcurnia de una empresa en la que sólo han precedido a los Estados Unidos los más Uuttres pueblos de la Historia. En cualquier caso, en pocas ocasiones tantas eten cías fundamentales han estado pendientei de tanta intrépida generosidad. Lo que entra con buen pie en el año nuevo es la vieja Europu occidental devastada por la guerra, el mundo de las ruinas y de los anticuarios, rebosante de jugo histórico, imaginativo, clásico y preciso. De ese fabuloso botín invisible como un fantasma, dum como la materia y alado como L. foima. st imprt guará de nuevo el mundo moderno, fértil en descuhñmtentos. abocado * un porvenir que ya ha anticipado una partt de sus fabulosos secretos. Y de esa conjunción nacerá verdaderamente el mundo nuevo, como una réplica dt cortesía que alcance iu má< hondo tentido. — /. A. INVIERNO EN EUROPA Erta pobr» Toajur polaca, ma ano p*axa efe Vanovia. lo ha pmráiáo posifalomso!* lodo. Todo mnmon la Uusóc j •! raciMrdo fo&z de an paaado «a qn« loa campo* y la* rimtiml— arara raedm«Ti!« como «1 talón cr.c qu« «i complactesta íatógrerfo omita ka ncaa». Sobre ia Btuadón actual d» Europa ai ñoaOaat «I año y da las pmtnpmAto» á» 1948. no— tro» oaJabacadaraa ^TrwrT" t Santícujo Hada! haca «scri io «b «da mmbocü do* Aocvmuataéon 4m Toft, Hombro trio, ante mi campano pora lo Presidennr LA GRAN CARRERA DEL 1948 por CARLOS SENTÍS D ara imcrprcUf la política americana y * con illa la mundial, a lo largo del 1948 — sin terminar el año ya hemos entrado en el teñóme no — sera necesario manejar casi a diario la itabla de logaritmos» de las elecciones presidenciales del próximo mes de novicmbrc Toda otra cuestión, en América, quedará automáticamente congelada. El único dinamismo político radicará en la carrera para la Casa Blanca. Todo lo que Norteamérica haga, tanto en el interior como en el exterior, tendrá ( «under cable» ) bajo la mesa la explkacióq electoral que ya ha tenido, días atrás, la partición de Palestina. Y si éste ha sido un movimiento destinado a capear el voto judio, con seguridad veremos otros destinados a captar el voto «italiano», el voto «católico» o el voto «alemán». Se hablará mucho, también, del voto «obrero», del voto «campesino» v del voto del «pequeño comerciante». Es una lástima que no haya, en los Estados Unido», algunos «paquetes» importantes de descendientes españoles más directos, porque, al tocarle el turno al voto «español», obtendría mos nosotros algún particular beneficio. Nos tocaría alguna «aproximacióa». Los alemanes, por ejemplo, sin tocarles el gordo, quedarán bastante premiados, como se verá. Los italianos han cobrado ya algunas «participaciones», como vienen haciéndolo, regularmente, cada (res años desde que el entonces Presidente Coolidge les saludó, en un discurso, como a los que descubrieron, poblaron, civilizaron v traha(aron esa- Continente. Coolidge tenia fama de hablar muy poco ; empero, diciendo estas inexactitudes (que tanto gustan precisamente por ser tales), se pasó de locuaz. LA RELATIVIDAD DE LOS BLOQUES De todas maneras, después de lo que- queda apuntado, no se crea que los americanos voten demasiado disciplinadamente por bloques. Nada de eso. Cuando se dice que un partida ha sido apoyado por un bloque, se entiende que ha tenido como máximo el 73 por 100 de él. Nadie aspira a tener más que el 50 ó 60 por 100 de cualquiera de estos bloques, mucho más reales en el lenguaje o terminología electoral que en la vida. Después del judío, quizá el bloque más compacto es el católico. Tanto por razones de carácter religioso como por razones de indo le geográfica : los católico: viven aquí, generalmente, por secciones no muy dilatadas, y tanto humana como físicamente, aisladas Esta falta de vocación en masa o por secciones disciplinadas, principalmente en grandes ciudades, es lo que da mayor interés deportivo a las elecciones presidenciales Exactamente, todo el mundo se interesa para estas elecciones — no para las otras — y millones de seres votan por razones no políticas Votan por razones sentimentales o de pura atrae ción de simpatía. De ahí, por consiguiente, que, para esta prueba, tenga tantísima importancia la «persona» más que su ideario o su envoltorio político. Esta volubilidad del voto americano ( muy explicable, por otra pane. 3