ijj m m m EL TEATRO por MAX TI MRRERAS EL CONCIERTO DE SAN OVIDIO EN nuestras temporadas teatrales tenemos siempre garantizado» de antemano, an momenlo de intensidad, importante, compensador de tedas las decepciones procedentes: el del esiieno casi rigurosamente anual de Antonio Baero Vaüejo. Al escenario del Calderón acaba de legar oh oía «El concierto it San Ovidio», última producción del autor, que. per esta ves. hemos (Mido ta fortuna de que nc se hiciera esperar tanto coma en anteriores ocasiones. Bajo la dirección de losó Osuna y coa ¡a misma formación que la estrenara, la potó tica 'parábola» de los ciegos del Hospirin parisién - te de los Quince Veintes, nos trae ana tos más la vibración dramática inconfundible de un extraordinario creador teatral. Buero Vafiefo insiste, en esa su última abra, en la létmulu histohca que yo utilisara para las dos pceoodentes. •Un sofiader para un pueblo» y "Las meninas». El a 1.1 lema, como es lógico, no está dictado pac ansio alguna de reconstrucción burtónca. sino por considerar que de la anécdota • • agida pueden Jeiiswse y el seafimiento impulsándola alterno y ciegamente hacia lo tragedia, tal ves sea la creación más humana, más viva y la fatalidad de su des- Osuna es muy estimable y, den too de sa sobriedad, coa aciertos notnríns En las acciones de conjunto, en particular, el clima ha sido logrado coa notable jasteso. Tal ves. poro nuestro gasto, óiganos luces blancas, excesivas, en las sscenos de esterics qae robaban iiIiiiósIiiiii psicológica a la acción. Una gran interpretación a la altara de la obra, losé María Rodero — crispado, vehemente tenso como un arco— sostiene el personaje centiul can una fusrza reprimida de un verismo brutaL En su agotador trabaje logra ana de las msjerei creaciones qae le recordemos y en vas. gesto y caracterización nos da la dimensión exacta del personaje. A su lodo. Luisa Sata nos demuestra una ves más sa gran talento y sensibilidad. La vos do eso actriz, qae adquiere en les tonos bajos y débiles una misteriosa Intefirtdtid es algo inolvidable, algo en verdad excepcional, impresionante. José Calvo, completa el trio central de la abro can eficacki. na panto dispiiscente de gesto, tal ves para equilibrar toe trazos malvados del personaje. Sergio Vidal loe un emotivo, por contenido. -Valentín Hofiy». T hemos, también, de consignar los nombres de AveHno Cánovas. Félix Lumbre ras. Francisca Merino. Manuel Andrés. Pedro Oliver, Armando Mnriet Mercedes Barranco, José Segura y Emilio Menéndes que redondearon, entre otras, un reparto muy conjuntado. Un momento de b reyrescnt. ación de «La peM de brasa, de Sal» . en la Cúpula del Ceiñsoss «LA PELL DE BRAU» la Cúpula del Coliseum los componentes de la Escuela de Arte Dramático «Adriá Cual», dirigidos por Ricardo Salvat. nos han ofrecido la recitación del poema de Salvador Espriu. galardonado con «La lletra d'or», cuyo titulo encabeza estas lineas. Para los conocedores del poema, la recitación del mtano, con una mecánica coral, de tono solemne, es seguro que habrá significado algo asi como un poderoso subrayado de su profunda esencia épica. Ese era el propósito y así nos lo dice el propio Ricardo Salvat en las palabras que escribe en el programa: ■Por esta mismo razón hemos querido volver a la raíz primera de la tragedia, en su entronque con la lírica coral, atinando palabra y movimiento, esperando que asi la fuerza dramática y didáctica de "La pell de brau" cobre su mayor eficacia •Convencidos de que el lirismo esteticista de minorías queda hoy sin viabilidad, con nuesti* experimento intratamos poner de relieve el valor épico de esta poesía de Espriu. Valor épico que parece ser la condición necesaria de todo mensaje poético de núestro tiempo.» «La pell de breus adquiere, a través de esa lectura, una nueva fuerza y significado, pero las palabras, como es lógico, siguen siéndolo todo. Glosarlas con acierto es tarea de crítico literario, no la de un simple comentarista teatral, devoto, por otra parte, de la obra de Espriu y que ha tenido ahora ocasión de comprobar una vez más cómo, junto a la pureza Urica de esa creación, su intención última, su mensaje, por asi decirla adquieren una dimensión y resonancia extraordinarias. El grupo de jóvenes alumnos recitaron la obra con emoción y con inteligente y ouortuna dosificación de efectos. La poesía de Salvador Espriu tuvo en ellos a unos intérpretes fieles y mesurados. ESCENARIOS r A Compañía de «La Mandragore» ha finalizado tu breve actuación en el Windaor poniendo en escena «Leonce y Lena; de Büchner. Una vez más, Wolfram Mehring nos demostró, con ta escenificación de esta obra, la amplitud de su capacidad directora, zinHendo a la fantástica narración con hdbiles rubro yodos, así de ** intencionalidad como de ra estructura poética. Toda la obra, en manos de los excelentes mimos de «La Mandrapore*. adquirió una orada y riqni/icación vivísima» . gracias al enfoque original que se le ha dado y que rebasa y amplifica la aparente puerilidad anecdótica, enriqueciéndola de nuevas sugestiones. La experiencia de esa actuación, que ha constituido un éxito, demuestra que una formación como ta aludida podría muy bien ofrecer en nuestra ciudad una temporada más extensa y de orogramación más amplia .V Se insiste en hablar del Poliorama como a (ocal que muy pronto colrerá a su primttioa /unción; el teatro. Al propio tiempo, y dentro de un área geoorájfca inmediata, se da también como a muy posible la transformación en teatro del actual frontón Chinui, de la plaza Buensuceso. Dos nueoos escenarios. ¿Será cosible o se trata tan sólo de buenos propósitos? Y ya que de mimos hablamos, señalemos