L\ CARCAJADA. Cáulos. Pues no la saques de casa. Ato. Es que yo no quiero ser liranol Cintos, Pues sácala. Aro. Y eulonces me muero de celo». Cmios. Pues ahórcale Qa<- quieres que yo le diga? Aiu. Cíirlos, yo me voy á morir. Cíilos Bueno hombre, iremoi í lu enlicrro. Aio. Mira... CUlos. Procura que no sea muy temprano, th? ACfi. CárlosI Cíulus. Ven acá, hombre de Dios. Tu le casaste enamorado? Acó. Y lo estoy. CUlos. Porque lo enamoraste do lu rnujei? Ano. Porque es muy guapa! Cáblos. Pu«s zopenco, si á II te gustó por eso, cómo no ha de gustarles á los demás? En los dos lealros Principal y Liceo se estrenó en el mismo (lia la comedia del señor Blasco, cosa no acostumbrada y que no sabemos basta qué punto sea esto conveniente á los intereses de las respectivas empresas. Nosotros asistimos al (¡ran teatro y por cierto que al ver la naturalidad y la maestría con que el seiíor (Jarcia Parreño desempeñó el papel de Carlos, recordamos que bace ya algunos años llamaban eu Madrid á este ador el pequeño Hornea, juslamenlf cuando formaba parle de la compañía dirigida por aquel eminonlo artista, gloria de nuestro teatro nacional. Muy conocido es en la escena española y muy especialmente en la de Barcelona el señor (iarcia Parreño y no há menester por lo tanto de nuestros pobres elogios: creemos que para la comedia raya á grande altura, y el desempeño de El miedo guarda la riña, y de otras que lleva puestas en escena en la presente temporada, tales como Mujer gazmoña y marido kifitl. Un marido como hay muchos ele, y la en un acto La familia improvisada en la que está inimitable, son suíicientes para formar su corona de grande ador. Dofia Virginia Pérez secundó admirablemente al señor Parreño en la ejecución de la obra del señor Blasco y los demás actores hicieron cuanto estuvo de su parto por salir airosos en sus respectivos pápele.-. Después de haberse representado dos veces en el Liceo, el soBor Parreño la ha puesto en la escena del favorecido teatro Romea, del que pensamos ocuparnos con alguna detención. El corlo espacio de que podemos disponer nos impido el hablar de las citadas producciones del señor Cabal'ero y Martínez. Lo haremos otro día. Yo. Cascos do una bomba con espoleta de turrón. «hallé en España un asilo, donde á su sombra tranquilo pueda al lin vivir en paz. » Pudiera vivir tranquilo á la sombra del asilo, en guerra-, ó pudiera vivir en guerra tranquilo íi la sombra del asilo.— Casco número 1, arrojado contra el buen sentido. ¿En quó quedamos? ¿Se puede vivir en paz intranquilo, y en guerra tranquilo, ó la intranquilidad es condición esencial de la guerra, y la tranquilidad de la paz, en cuyo último caso eso de vivir tranquilo en paz es una albarda sobre albarda, vulgo barbaridad? «Soy por mi porte y maneras una persona decente, soy osado y diligente, como es fácil suponer;» ¿Por dónde esa suposición? Por ser por su porte y maneras una persona decente? Ni lo atino ni creo que íi nadie le será fácil suponer que Pedro, Juan ó Diego sea osado y diligente por el solo hecho (te ser por su porte y maneras una persona decente. ¡Ah, fuerza del consonanlo á lo que obligasi — Casco núraiTo J, de idénticas condiciones que el anterior. Y para muestra con un solo botón basta; pues fuera cuento de nunca acabar el detenido análisis á que soberanamente se prestan los cascos de la tal bomba. Pero ¿porqué no hayan de echar mano esos situacíoneros do gentes de más chirumen, de mas sentido común y mas impuestos en la gramática, para confeccionar sus bombas? Nuestro género puede ser malo; pero en la tierra de los ciegos el tuerto es rey, y al público que qo come del presupuesto, le toca decidir quién es el rey y quién es el ciego. Si tuviéramos la humorada do perder el tiempo en desmenuzar, ¡pobro bomba! solo la quedaría que no fuese barro, el turrón de la espoleta. Según leemos en algunos periódicos, parece ser que doña María Victoria piensa asistir á las funciones iie Semana Santa de Sevilla, y que la prmiiivera próxima D. Amadeo visitará á (¡ranada. Nos parece muv bien: cuando la patria es feliz, y han concluido todas las divisiones, y se halla próspera la Hacienda y el comercio y la industria. y lamas hermosa tranquilidad reina en toda la península, naila mas justo que el Jefe dol Estado so divierta. Por otra parte bueno es que don Amadeo visite todas las provincias, para que tenga que contar á su papá, cuando haga un viaje á la tierra del Dante, donde lloran su ausencia. .% Noticia trascendental. Varios colegas do la corte reproducen la siguiente dol JVor(e: i La recepción del viernes próximo será la ttllíma que por ahora se dé en palacio. Mas valiera que no hubieran empezado.» El Norte según La Correspondencia, niega que el comentario sea suyo, y asegura haber dado simplemente la noticia. No nos importa averiguar de quién sea el comentario, pero la noticia no deja do sor espoluztiante. ¡Pobres progresistas! ¡Y ellos que se daban tanto limo en la mesa real! ¿Se acaban los gaudeamosi' Pues diga V. quo se lia caido otro punlalito al edificio erigido por obra y gracia de caballeros particulares. • » • Según un colega ministerial, los consejeros Señores Adra, España, Lasala y Alonso (don Juan Bautista) dimiten por indicación de la tertulia do la calle do Carretas. Puos les digo á Vds.que la dichosa Tertulia es uno de los primeros poderes del Estado. Ella hace y deshace ministerios, dispone que dimitan loa altos empleados, y ya lo verán Vds.; el día quo sus jefes so convenzan que no pueden volver al poder irán desbaratando naipe por naipe el castillo de cartas y ¡cataplum! á Toledo por uvas, digo, á Italia por macarrones. En vista de la desacertada marcha de las cosas políticas de España, parece, según indica un periódico italiano que probablemente vendrá á alguno de nuestros puertos una escuadra de aquel pais. Es lo único que nos faltaba en la España con honra. El papá quiere proteger á su hijo; convenido, pero ¿á dónde irá la escuadra para ausiliar al papá cuando dé el tumbo gordo? Porque á la verdad, aquello no está mejor que esto. Digo, me parece á mi. • He aquí un sueltecito de La Tertulia que puede arder en un candil: «El Sr. Topete (D. Juan) ha pedido su exención del servicio. El Sr. Malcampo está resuelto á no concedérsela. El Sr. Topeto está resuelto á insistir. El Sr. Malcampo está resuello á no acceder. El Sr. Topete está resuelto á alzarse por la vía contenciosa. El Supremo Tribunal está resuelto á declarar que la ley no autoriza el recurso. El Sr. Topeto está resuelto á mesarse los cabellos de rabia, y resignarse. El Sr. Malcampo está resuello á guardar con mucho cuidado la vacante de capitán general. El Sr. García de Quesada está resuelto á cumplir la edad reglamentaria para que I). Juan quede en el primer puesto del escalafón de la Armada. La dignidad está resuelta á ruborizarse. El pudor está resuello á taparse la cara. La Marina está resuella á darse al diablo. Y el país está resuelto á conocer á tanto farsante.» Añadamos una línea: Y todos los españoles que no somos radicales ni calamares, ni presupuestívoros estamos resueltos á raanifeslar nuestra antipatía á todos los políliconos que se divierten con y á costa de este desventurado pais. * ^ • Pocas veces se ocupan los periódicos ingleses do España, y cuando lo hacen es con desden, como si nuestra patria nada signllicase en el concierto de las naciones. Los hombres pensadores de aquella gran nación, contemplan nuestras miserias, comprenden que aquí no hay mas polílica que la ambición de mando v cuando más. nos compadecen. A tal estado nos han traído los libertadores de Cádiz. El periódico The Times dedica un articulo á la situación de España del cual El Tiempo de Madrid reproduce unos párrafos para solaz de los padres de la patria. \ amos a trascribirlos. ¡Leed y admiraos! Dicen asi: «La existencia de un ministerio en España no os más que una crisis prolongada. Es frecuente ver terminar una legislatura en el mismo dia que empieza Los hombres políticos aspiran y alcanzan el poder en Lapaña no para dirigir, sino para manejar los negócmpubUcot. La vida política es un embrollo que no concede espacio para ocuparse de los deberes legislativos ó administrativos. No hay cuestión alguna, por vital v grande que sea su imporlaiu-ía, que se presente con verdadera intención de deliberar sobro ella. Se formula para un objeto determinado de partido, y se deja á un lado sin res dverla tan luego como ha llenado su misión. Dn hombre político, en España, cree en si mismo, poro no tiene fe eu nada más. «Desarrolla una actividad febril para subir basla el último tramo de la escalera; pero tan luego como ha llegado allí, empieza á sentirse fuera de su sitio, su entendimiento se ofusca y se alegra de hallar el menor pretexto para poder evadir los deberes que tan osadamente echó sobro si, Esto es precisamente lo que acaba de suceder al Sr. Sagasla, que con tanta decisión ha tratado de pasar por encima de su antiguo amigo y correligionario Sr. Zorrilla.» «Como se ve, dice con esto motivo La Igualdad, en el cxlrangcro conocen y juzgan perfectamente á los hombres quo nos mandan, y como haco ya tres años quo se hallan al frente del gobierno de España, recaería sobre ésta parle do su descrédito si pacten temenle sufriera por más tiempo su denigrante dominación. Es, pues, necesario, puesto que esa gente no nos da honra ni provecho, buscar lo uno y lo otro, arrojándolos de los altos puoslos quo como por derecho do conquista ocupan, con desdoro y mengua de esta nación hidalga.» No les parece á Vds. que tiene razón La lyualdad! • Pero señores: ¿han visto ustedes que comezón de cruces y condecoraciones de todas clases ha en Irado á la lamilia raonárquico-democrálica? Pues si llenen ese afán do dislinguirse y Ogurar, ¿á qué viene hablar tanto de democracia? Me parece que esto so va á convertir en una casa de locos. Raro es el dia que no leemos en los periódicos que se ha concedido una gran cruz ó encomienda á algún caballero particular. La Epoca pide que no so don cruces sin pagar lo que es razón. Aprobado: pero ahora que me acuerdo ¿no se estableció en Madrid una agencia ó sea despacho de cruces con su correspondiente tarifa? Y á propósito de eslo y en vista de la prodigalidad con que se vienen hoy repartiendo las condecoraciones que fueron instituidas para premiar al mérito, propongo que los que las obtuvieron antes de quo la escuadra nos trajera la honra, al tener quo hacer uso dol titulo pongan: don Fulano de tal, caballero de tal órden, condecorado antes de la revolución de Setiembre. Y no lo digo por mi, que no longo ninguna ni la quiero, sino por evitar confusiones. En Valladolid ha habido también descargas sobre el pueblo. Digamos pues con Tópele: ¡Viva España con honral y con Sagasta, ¡Viva el órden! Solución á la charada del número anterior: Caumares. G MC A. R A. J3 A . Con mí primera y mi cuarta formar puedo un inslrumeulo quo deja floja y suave cierta cosa del carnero, y que lejida me agrada principalmente en invierno. En segunda y en tercera guardar fácilmenle puedo lo quo quiera, pues quo sirve para distintos objetos; aunque á veces maldecir he oído el nombre á paletos y hasta á los que no lo son por producir mal efecto, i'ambien con segunda y cuarta formar un modismo quiero, que se suele pronunciar cuando alguno satisfecho recibe una cosa grata quo le ofrezca un compañero. Por linal de la charada un cuadrúpedo ligero, es mí tercera y dos, hembra, que la he comprado á buen precio y adelanta cuando corre casi mas que un buen podenco, y mí lodo celebrar lie oído mucho en Valero, por supuesto como arlista quo en lo demás no me meto. Ll. ItARCKLONA: Imp. de Luis Tasso. caite del Arco del Teatro, callejón entro los números 'i 1 y 23.