GRAFICzfPOfíT La crisis del ciclismo vasco por Jacinto MIQUELARENA Vizcaya «¡n que nadie pensara en mí. Fué usted H primer períodiste que me hizo una interviú... — Recuerdo perfectamente. Tuve que ir a bns• arte a una obra de la prolongación de la Grar Segundo Barruetabeña Los abrigos comienzan ya a anidar en sus bolsillos los pequeños huevos de naftalina, vencido el frío invernal ; estalla ya la Primavera en los árboles y en los pechos jóvenes... y todavía por aquí nadie habla de ciclismo. La quietud es abpoluta. En temporadas anteriores, para estos días, las máquinas se pulían, los hombres salían a la rufa a devorar kilómetros, y las «marcas» agitaban sus eápejuelos ante las palomas «chirrindularis», que se deslumhraban cegadas por el brillo de promesas y ofrecimientos. . ¡ Mal invierno I Nuestros «cracks» andan a la deriva. La mayoría de ellos, palpando la miseria de una profesión «que no alimenta a su hombre», como se dice en Francia, han vuelto al cascarón de donde brotaron. A Sardiiy le hemos encontrado hace poco licmpo lleno de melancolía y de desaliento. — No se puede comer de la «burra» — nos decía — . Hay que volver al ofitio ; hay que trabajar. Sarduy. atlótico, gigantesco casi, de concepciones únicemenle desbordantes, e? un obrero fino y minucioso... en platería. El hombre que sobíe la bicicleta sólo ha sabido empujar y empujar, vencer por avalancha, es el rey de la filigrana $obre los metales preciosos. La vida e? desconcertante. Sarduy es desconcertante, si ustedes prefieren. —Hay que trabajar seriamente. La bicicleta... «pa divertir» los domingos y para ir al trabajo. Nada más. Y nos enseñaba un cenicero de plata y oro, que estaba llenando de arabescos, obra china de paciencia y habilidad. c- Barruetabeña ? He aquí un hombre que se bebe los peores tragos sin pestañear. La desgracia le encuentra siempre con la sonrisa en los labios. También Barruetabeña ha abandonado las delicias de la «cuadra de carreras», donde se comía bien y se vestía admirablemente, a condición de llevar una firma en algodón blanco sobre el pecho, por entre muchedumbres entusiastas. — Se acabó eso - — exclama — . Ya no se cobra. Ahora,' los premios que se ganen y algo más si se ganan. Si no se ganan, nada. Las casas ya no cuidan ni preparan hombres. Compran los triunfos de los vencedores, sobre seeuro. — Pues qué... j Ustedes se acuerdan de cuando yo me «bise sélebre»? Gané un campeonato de 6 — □ □ □ □ □ □ OCTAVIO OTTECCHIA El vencedor de la Vuelta a Francia, nos ha hecho unas interesantísimas manifestaciones, que publicaremos en el próximo número, acompañadas de fotografías inéditas. □ □ □ □ □ □ Vía. donde tuviste que dejar en el suelo, descendiéndola de tus hombros, una carga de ladrillos y cal hidráulica, para contestar a mis preguntas. - -Eso es. Pues bien, ahora he vuelto al «mortero». Sov tenor. Francisco Cepeda Cesáreo Sarduy —¿•Tenor? — Quiero decir... cantero. Y Barruetabeña se ríe el chiste alegremente. Otro que ya no come de la bicicleta : Chomín Gutiérrez. Pero el crso de éste es inmenso. Cualquiera que haya seguido alguna de nuestras grandes carreras nacionales, habrá contemplado a un hombre fornido, moreno, cargado de cejas, el gesto huraño, la mirada irritada, las piernas casi cilindricas y. llenas de pelo... Un osezno en bicicleta. El ciclista vasto, por excelencia. Este era Chomín Gutiérrez. Y ahora Gutiérrez tiene, en. el barrio aristocrático de Bilbao, una peluquería de señoras. Con aquellas mismas manos como garfios, como garras, que se hundían en la llanta para arrancar el tubular pinchado, se entrega al corte a la «garoonne». De sus manos salen los «cogotes de macero» más admirables de la villa. Ibáñez ludia con la vida y con los «vencimientos», desde un pequeño garage de ciclos. Y así. los demás. Se acabaron los sueldos, las primas de entrenamiento, las comisiones por máquinas vendidas. Se acabaron los pugilatos entre las grandes marcas para obtener los contratos de nuestros modestos corredores regionales. Ya nadie se entrena- seriamente. Y en la próxima temporada serán muchos los hombres conocidos que deserten de las lista? de inscriptos... Es casi el amateurismo forzado. Y ya se ha. visto en todos los deportes que el amateurismo no interesa a nadie. • Ni a los amateurs ! Ante la desanimación general, se abre la temporada ciclista con la reapertura de la pista al aire libre del Arenas Club, que abraza amorosamente el verde campo de Ibaiondo. Se preparan grandes carreras, las mismas grandes carreras de otros años, de las que destaca la Vuelta al País Vasco, de «Excelsior». No faltarán >n\ los campeonatos vizcaíno y vasconavarro de velocidad, ni el vizcaíno de carretera.. El Atlhetic Club organizará su Gran Premio Vizcaya ; y abundarán las pruebas locales, de más o menos importancia. No hay, en realidad, crisis de organizadores. Pero sí de ciclistas... o mejor dicho, de ciclistas seriamente preparados para este oficio tan duro. Al que hay que entregarse a fondo si se quiere expurgar alguna cosecha de triunfos. ■