BALUART DE SITGES *'ó SITGES «« Bellezas y curio&idades dç la población jt Sus alrededores «j* Estación invernal y veraniega Agricultura , Indústria y Comercio ^ . Síntesis característica A los 36 kilórnetroà de Barcelona, hacia poniente, la cordillera del «Garraf riscoso». cantMdo por el inmortal C«binyH.«, dispone s'ns estribaciones i\ guisa de mano gigaiiteàca que ofreciese à los besos del MediterWmeo nua lozana extensión de terreno, eu forma de media luna, de uuòs 5 kilómetros de lar^o por 2 de àncliura màsimà. Casi h sn centro longitudinal, como sirena que surgiendo de las azuladas aguas se iucorporase para contemplar los exuberantes vinedos que escalan los cerros vecinbs, yergue su esbélta silueta la blanca Sitges. Eximios literatos, pintores insignes, músicos eminentes, acuden à, ella en demanda de luz, de ritmo, de .color, de inspiracióo, de vida para sus creacicnes, en tanto que ei turista se detiene à ndmirar las bellezas que encierra y à saturarse del optiroismo ambient»; bajo su diàfano cielo. La población cuenta mhs de 3,000 habitnntes. Se extiende encima y à. ambos lados de un promontorio que, bipartiend.o la dilatada bahí'a q.ue antiguamente fué concurrido embarcadero, separa la tranquila playa de San Sebastiàn de la aristocràtica dfe Z-ff /KSera, una. y otra alfombradas de tamizada arena. En el punto culminante se alzi la casa de la Villa, de construccion- moderna, cou un Salón Consistori-tl de rica decoración, costeada por el malogrado doctor D. Bartolomé Robert, «hijo predilecto de Sitges», cuyo retrato, píntado por Mas y Foridevila, honra la severa dependència y cuya estàtua, sentada en el pedestal que el afecto de los ■ suburenses le dedicó en la inmediata plaza de la Constitución, perpetua la memòria del sabio patricio.. Contigua à dicha plaza se encuentra la Iglesia parroquial, de estilo plateresco, levautada ardidamente sobre los penftscos batidos por las olas. En ella se conservan los sarcófagosgóticop, blasonados, del siglo xiv, uno de los cuales ostenta la estàtua yacente de Bernardó de Fonollar senor del Cdstrum de Cigiis. Es notable el sagrario, labrado en cedro, de estilo compuesto, del siglo xviii. Frente à la iglesia, el espléridido mirador del Baluart se abre en amplia escalinata que descíende avanzaudo hacia el mar, por La PMWtó,. para comunicar cou La Ribera, magnifico paseo de palmeras y adelfasque discurre eu "faja paralela à.la- playa y à la línea de construcciones moderuísimas que subrayan el perfil de su concha, desde el monumento erigido, por iniciativa de Santiago Rusinol à Domenico Theotocopuli írmo. '' De 'estè famosò artista hay- dos preciadas obras en é\ Cau ferfat, t&líei-mtíseo del renombrado pintor y aplaudido dramaturgo Santiago Rúsinoí. En el Çau ferrat, sitn&àó en la.parte autigua de la población sobre upa foca carcomida por el secular embàte del mar, existe una iuteres&utísima colección de hietros forjados, con ejemplares de gran valor artistico y arqueológico. Contiene asimismo una jmportante colección de vidriós, en la que figuràn ejèmplares de no poca rareza. Ademós de los dos Gre'ços meritados, cubren las paredes buen acopib de telas de otros. reputados artistas, siendo dignos de mención algunòs cuadros del propio Rusinol, de Casas y de Zuloaga. Completan el menaje del. taller-museo variqs muebles y objetos curiosos de lejànas épocas, piezas de ceràmica, imAgenes medioevales y notables copias y' repro-' duccioues. imgfesionando fuertemente, entre éstas, la de un Cristo agóuicó, de patético realisme, que se venera en Perpinàn. Las calles del viejo casco son accidentadas y sinuosas; alguna de romàntico aspecto, viéudose liermosas ventanas góticas y ojivales y otros respetables vestigios de pasados esplendorós. La parte nueva tiene vías espaciosas y rectas, sembradas de edificios de variado estilo, muchos de los cuales coatribuyen, con sus vistosa» fachadas y empinadat lones y linternfts, à dar à la villa el sello de distinción que le es peculiar. Y aun los rincones màs humildes àparecen aseados hasta la exageración, como si los habitantes quisieran competir con su mar y con su cielo en nitidez. Y en cada interior y en balcones y ventanas ríen al sol crisantemas y claveles. * * * A tales atractivos deben sumarse los que brindan los alrededores. En la pared de una casa de las afueras. en el primitivo camino del Vinyet, una lApida conmeruora el paso del bastardo de Felipe IV con lasiguiente inserí pción: Fwy, dia 13 de novembre de 1669, arrivà en esta casa lo serenissim Don Joan d' Àustria y dormi en ella.. Después de haber recorrido unos dos kilómetros, el paseo de la Ribera se uue con el del Dr. Benaprés, decorado cou plàtanos y naranjos, que eulaza con la carretera de Barcelona à Sta. Cruz de Calafell, frente al Santuario de N mestra Sra. del Vinyet, A cuyà imagen profesan gran devoción los comarcauos. En las iumediaciones del Vinyet se establecieron las tribunas oficiales de la cursa internacio¬ nal de voiturettes «Copa Catalunya», lo mismo en 1908, al instaurarse, que en 1909. Juuto à Miralpeix, en un monte limitado por la via férrea y la carretera k unos dos kilómetros del Vinyet, hAllase la ermita de Nuestra Senora de Gracia, patrona de pescadores y navegautes. Los valies de Sitges y de Ribas, resguardados por altas montanas y alegrados por las dos villas hermanas y por multitud de quintas de recreo, de casas de campo y de barracas que florecen entre bosques j vifias, entre huerti.s y .sembrados, proporcionan sereno motivo è la contemplacióu. Desde la llamada Cren de Ribas, en la carretera que pasando por esta rica población conduce à Vilafranca del Panadés y à Igualada, k 1 kilómétro y medio de Sitges y klò metros de altitud, se descubre el màs poético panorama, destacàndose la encantadora villa blanc-a, erizada de cúpulas sobre el fondo sedoso y nacarado que e'l Mediterràneo le presta. En la vertieute opuesta, en medio de un valle esmeradamente cultivado, sénorea Ribas, con su Casa Capitular, su Hospital y su nueva Iglesia de reciente construcción. Betràs de la ermita de San Sebastiàn, en el promootorio que corta su playa, hay el Comenterio católico, poblado de artísticos panteones. En él descuella un grupo representando La Resignación, modeladopor el geniaIJosé Llimona. ' La carretera de Barcelona, serpenteando por las bravas Costas de Garraf, ofrece de continuo sorprendentes puntos de vista. Sobre la Punta Ferrosa hay la montana de la Trinidad, en cuya cumbre, el excursionista se admira de no encontrar restos de algún templo consagrado à Jove, por ser tanta la rnajestad pagana del fspectàculo que muestra la Naturaleza. La modesta ermita de La Trinidad, suspendida como un nido colosal, desde aquellas alturas, con su blanquírfiraa nota, envia un saludo al lejano navegante y le sugiere una esperanza en los momentos diííciles. Sigue Vallcarc», con la grandiosa fàbrica de cementds y cal hidràulica de los Sres. M. .C. Butsetns & Fradera. Merecen ser visitades los hornos y las canteras que aiimentan la fàbrica, así como la perfeccionada maquinat ia que en ésta funcionà* para la elaboración de los resistentes materialés' que la casa emplea para sus tuberías de cemento arínado, pavimentos hidràulicos y piezas de piedra artificial para la consirucción, que en graride escala exporta à Amèrica. La importància de esta indústria ha creado un populoso caserío y reclamado para su servicio el establecimiento de un apeadero del ferrocarril en el antes desierto valle. : Màs allà, el río subterrànéo de la Falconera depomboca en el mar por debajo de la carretera y dé la linea férrea. Luegò se divisa el pintor esco caserío de las Canteras de Garraf, con su pequefn puerto artificiàl y, por fin, las soberbias construcciones arquiteetónicas de la vasta heredad que el Conde de Güell posee eu el término de Sitges. Las condiciones çlimatológicas de la risuena villa son inmejorables. En veranp la brisa suaviza de tal modoel clima, que Sitges es la estación balneària preferida por el sinnúraero de distiiiguidas familias que de toda Espana acudén à su bella y segura concha. A la vez, es tan benigno el clima en invierno, que sólo por excepción y como contraste para hacer màs estimable la uormalidad climatològica, se concibe un dia gris ó realmente frío. Las montanas que en parte rodean la comarca,. la preservan de los vientos del Norle, y por esto. tiene una temperatura templada, impròpia de la situación geogràfica dé la villa que se halla à los 41.* 14.'. 2'v latitud N. Í 80.*, 00.', 57," longitud E. del meridiano de San ernando. No es de extranar, pues; que, tanto como de veraniega, vaya cada dia en aumento su fama de estación invernal y que el visi tanta la proclame segunda Niza. El acreditado Hotel Subur, de D. José Urgell, y las confortables viviendas' amuebladas que puede procurarse elforastero, facilitan la concurrència en todas las épocas del ano. Las sociedades recreativas «El Retiro» y «Prado Suburense», e,n sus respectivos locales promueven las diversipnes p'ropiàs de su objeto, é igualmente que la Sociedad coral «Unió Sitgetana», cooperan à toda suerte de festejos, hàciendo grata la estancia en la población. Ademàs es centro obligado de la colònia veraniega y de los suburenses el «Pabellón de Màr», que sólo funciona en estío en su elegante kiosko construído sobre la Ribera. Y la proximidad à Barcelona, la incesante circulación de trenes, los naturales eacantos del país, las curiosidades de la localidad y las bondades de caràcter de sus hijos, son poderosos alicientes que convidan à radicarse en Sitges. ■ presencia de mujeres de meridionales ojos, amigas de las flores encendidas y de las gasas vaporosas, la vida tiene un sentido amable y optimista que, incomprendido, haría repetir al sombrío ünamuno mi cèlebre reproche à los levantinos, exclamando: /Sois unos ninos! Os ahoga la estètica... Però jno! La estètica no les ahoga à los suburenses; antes bien les robustece y anima para el trabajo. A fue.rza de tenacidad y de ingenio han convertido las àridas penas y las rocosas llanuras de la comarca en terrínos productives donde cuitivan el algarrobo, el almendro,e] naranjo, el manzano, los cereales, las hortalizas, el boniato, ia palmera, el platano americano y la vid; ésta principalmente en sus variedades de malvasia j moscatel, enyos finísimos vinos se exportan casi en su total'dad à las Américas. Se opina que en tiempo de las cruz idas ó de las guerras que los Reyes de Aragón sostuvieron en Oriente, algunos expedicionarios transportaren varies sarmientos de aquella vid desde la Ma griega . de Chío: y, de los diversos puntes en que se probó su cultivo, en la comarca citada es donde se ha obtenido mejor tipo de malvasia. El moscatel se da también extraordinariamente suave y aromàtico. Son casas cosecheras y exportadores de estos excelentes vinos, recomendadas per su crédito y seriedad mercantil, las siguientes: Rafael Llopart Miguel Riera Viuda de Robert Antonio Catasús Sariol hermanes Antonio Almirall Luis de Dalmau Santiago Font Es de consumo también el Vermouth del Greco, de 8, Carbonell y Batlle. Otra importante rama de producción la consiituye la fabricación decalzado. Desdt- 1874 en que el genio emprendeder de D. Juan Tarrida implantó | esta nueva indústria en Sitges, que fué la primera ' población espanola donde aquella se exploto, la construcción mecànica de calzado se ha coaverlido en indústria típica de la villa. Centenares de obreres se ocupan en ella. Las fàbricas j talleres trabajan sin descanso para surtir à. numerosos bszares espanbles y anjeric'anos. Los àdeiantos de' la moderna 1 maquinaria son iumediatamente introducidos en gràcia al mejoramie.nto constati te de las condicion es todas de la producción, y así se comprende que la exportación alcance cifras fabulosas. La fàbrica de D. Pablo Benazet, dispuesta y organizada como las mejores en sn clase, lia logrado envidiable crédito y respetabilidad en las Autillas. La casa Bartés hermano y C", también muy bien montada, està en pleno apogeo y expansión. Los Sres. CQuntè, CDataix y C.*, como les Sres. Gibert, perrer y C", asimismo aumeutan su giro y desarrollo. Una última fase de la actividad de les hijos de Sitges debe considerarse. Desde antigua fecha han ide, una genèración tras otra y en proporcióu seguramente no igualada por pueblo alguno, à emplear sus energías en las hospitalarias tierras cubanas, en donde han sabide labrar cuantiosas fortunas con su infatigable esfuerzo. Y cuande el sitgetense se reintegra al país natal, no sólo trae consigo el fruto de su perseverante trabajo, con el que colabora generosamente r! bienestar general, sino que ademàs trae en su alma un sedimento americano, que también prodiga, y con él ejerce no escasa influencia en los gustos, eu las relaciones, en el lenguaje, en los cnltivos, en el trato, en todos les aspectes de la vida local. He aquí perquè el tan exqnisito poeta como ilustre economista D. Federico Rahola, en una de sus incentables visitas à la hermosa villa, con frase sintètica ponia este comentario à la ponderativa sorpresa de un distinguide huésped: «Al revés de lo que acontece con la vid de la malvasia, que después de la invasión filoxérica es resuttado de un ingerto griego sobre pié americano, Sitges es el feliz producto de un ingerto americano sobre pié griego». Y así es, en verdad. Con ser muy mediterrànea, con tener acentuadísitnos les ras^os impresos en el litoral de Cataluna por la civilizacióu helénica, Sitges es asimismo hondamente cubana. Tales son los caracteres que distinguen k la perla de nuestra Costà de Azur. claudio MAS Y JORNET (De la revista Mercurio). En esta villa radiaute, sintiendo con iutensidad la sinfonía en azul que cielo y mar conciertan. eu o. o £ 3 s iS X I «s | 1 « m 4» 3 Q