Resenas familia desde el primer momento. El 30 de enero de 1933, con la llegada al poder de Hitler, se abrirà una brecha en el arte moderno. Kate se declararà, junto con otros artistas, socialista, aunque ella no llegarà a militar nunca en ningún momento. Creerà en el arte como en "la fuerza capaz de actuar, ayudar y entroncarse con una corriente social. Instrumento de desalienación y gran poder de solidaridad". Conviene recordar que por entonces Goebbels se encargaba de valorar lo que era deseable o no en el arte. Los artistas pasaban a ser funcionarios al Servicio de una ideologia, la del tercer Reich, y todos aquellos que no formaban parte de la Càmara de Bellas Artés, que controlaba todo lo relacionado con la expresión artística, quedaban fuera de juego. Ya en 1936 la obra de Kollwitz era considerada como degenerada por los temas que trataba, al oponerse frontal- mente a la imagen que el régimen deseaba proyectar; el pacifismo, el rechazo a la violència, la insumisión, el dolor de las mujeres que adquieren "un papel protagonista, de guia hacia una sociedad màs justa", y esto ocurre mientras "sus contemporàneos presentan una visión estereotipada de la mujer", que, como bien relata Mariàn Cao, puede llegar al ridículo, como llega a ser el caso de autores tan conocidos como Grosz o Dix. Ademàs de una biografia detallada, de una selección de sus obras y de una abuodante bibliografia, Mariàn Cao se atreve a nombrar en una feminista e imprescindible introducción la "relación silenciada" que rodea a las mujeres casadas con el arte. Una introducción que debería ser lectura obligatòria para todos y todas los estudiantes de arte, y no sólo, en un intento de resucitar esa memòria tan discutida y tan peleada aún por las mujeres de este siglo. De àgil lectura se nos pasea por la emoción y la vida, por esos DESCARTES que construyen y luchan por conseguir un mundo màs justo que el que le tocó visionar y hacernos ver a Kollwitz. Esa Kate que Mariàn Cao nos presenta como "una de las artistas plàsticas que con mayor coherència ha representado el movimiento expresionista alemàn, desde una perspectiva social y profundamente comprometida", pacifista socialista e insumisa, como muchas de las mujeres que creemos que el mundo aún debería ser cambiado, y con urgència. Retrato de la memòria y de la historia, de la común y de la que compartimos con los otros. Un exquisito e inteligente libro. Insumiso, y feminista por supuesto. ■ Teresa Agustín, En Pie de Paz. D TJ fü' Q. a> "D 01 N o UI Semana Internacional de Cine de Valladolid. Pripyat o ^qué sabé un extrano? La película Pripyat, de Nikolaus Geyrhalter, fue incluida en el certamen de documentales "Tiempo de historia" de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. La constricción y la premura periodisticas para dar cuenta de las películas a concurso en la sección oficial suele dejar en la sombra la riqueza y variedad de la oferta de un festival de cine. Éste es el caso de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, cuya última edición presentada ademàs una selección particularrr.ente merecedora de atención, formada por títulos tan sugestivos como El viento nos llevarà (Le vent nous emportera, 1999), de Abbas Kiarostami, El verano de Kikujiro (Kikujiro no natsu, 1 999), de Takeshi Kitano, las obreristas Mundo grúa (1999), del argentino Pablo Trapero, y Asi se reian (Cosi ridevano, 1998), de Gianni Amelio (fuera de concurso), o las películas dirigidas por dos mujeres jóvenes que, pese a figurar entre lo màs interesante de la selección oficial, en el momento de empezar el festival no contaban aún con distribución en Espana; la dura y deslumbrante Günese Yolculuk (Viaje hacia el sol, 1999), de la turca Yesim Ustao- 109